Como aliado natural del gobernador, Manuel Narváez, líder de la XXIX Legislatura, ha estado poniendo su empeño en dinamitar la legitimidad que necesita el Congreso para acompañar a Ney González en el último tercio de su sexenio. Ocupado en operar votaciones unánimes intramuros, el líder de los diputados ha dejado de construir una opinión pública extramuros que soporte adecuadamente sus decisiones.
No pocas voces simbólicas de la universidad como el exrexctor y senador Javier Castellón o el economista Julio Plascencia –a guisa de ejemplo- han publicitado su malestar con el trato institucional que el Congreso local dio al exrector Javier Germán Rodríguez en respuesta a su solicitud de ratificación como magistrado.
La novación del Pleno del Tribunal está teniendo sus costos, pues. Este diferendo con sectores universitarios se pudo haber evitado si hubiese mediado una simple operación política oportuna tanto con Germán como con José Ramón González Pineda. Hombres institucionales, discretamente han deslizado la versión de que de haber llegado una señal a tiempo habrían declinado a solicitar su ratificación.
“CON DISPENSA DE LA SEGUNDA LECTURA…”
Y justo en esta creciente crisis de imagen ante esa caja de resonancia que es la UAN, el Congreso se mete de nueva cuenta en otro embrollo. En doble sesión realizada en un mismo día –el martes 29 de septiembre-, con dispensa de la segunda lectura, el Pleno conoció y aprobó la propuesta signada por la Comisión de Gobierno Legislativo para ratificar en el cargo por 4 años más al Secretario General del Congreso, Manuel Salinas Solís. Un albazo.
Ignoro si Narváez tenga respuestas convincentes al por qué programaron una segunda sesión apenas diez minutos después de la primera y por qué dispensaron la segunda lectura. Eso es darle la espalda a la opinión pública, deslegitimarse pues. No entiendo la urgencia de la ratificación a Salinas; operaron como si se tratase de algo tan indigno o incómodo que solo quedaba la opción de hacerlo a oscuras. ¿O es que acaso le sigue pesando al funcionario su pasado chiapaneco?
En prospectiva, el vicio legislativo de votar sin debate interno y lo peor, sin diálogo con la sociedad nayarita, se registra como una amenaza para una de las acciones de mayor trascendencia en el cierre sexenal, la iniciativa de ley “anti chapulín”. Si procesan esta anunciada reforma de la misma forma en que les dijeron que nó a los exmagistrados y sí a Salinas Solís, el diputado Manuel Narváez seguirá siendo un mal aliado de Ney González.
Es decir, de nada sirve que Nayarit tenga el tercer mejor sistema político del país (IMCO, 2008) gracias a la funcionalidad provocada por el origen partidista del gobernador y la mayoría parlamentaria local, si los operadores de Narváez si no forjan los consensos mínimos. Las unanimidades que por estos días vemos en la sala de sesiones "Benito Juárez" no se reflejan en la calle.
La señal que nos mandan los diputados no va acorde al tono modernizador de la gestión pública de Ney González. Mientras el mandatario transparenta sus acciones en la red y hace novedosos ejercicios de “crowdsourcing” –colegiar sus decisiones gubernamentales en las redes sociales-, la ratificación de Salinas Solís es garantía de continuismo en la tradición local de los madruguetes, las dispensas de trámite, el intramurismo y las agendas legislativas inocuas.
DE BUENA FUENTE: Qué paradoja: una nayarita –Martha Elena García- preside la Comisión de Equidad y Género de la nueva Legislatura federal, en tanto el Congreso local figura en el plano nacional como el de más débil participación femenil en su conformación, con apenas un 6.7 por ciento de diputadas, en contaste con Cámara de Sonora, con 48.5 por ciento de curules ocupadas por el sexo bello.
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