En situaciones como las que vive Nayarit la popularidad de los políticos no es índice de confianza del ciudadano en ellos para –como se dice pueblerinamente- para capotear el temporal. Me queda claro que los indicadores de credibilidad a menudo muestran porcentajes diversos al del posicionamiento de varios actores. A la gente les caen bien sus autoridades, sí, pero no cree en ellos para operar las acciones que reclama la coyuntura actual.
La credibilidad es medible, sí, pero no cualquier encuestador se avienta el tiro de documentarla. Se requiere una metodología bien calibrada y una supervisión sin margen de error a la hora de aplicar los cuestionarios.
No hace falta, sin embargo, ver una encuesta para descubrir que hay indicios de que la credibilidad en las instituciones está a la baja. Y los factores que han gestado ese escenario saltan a la vista, algunas promesas incumplidas y anuncios que no tuvieron el seguimiento oficial adecuado.
El 30 de enero un medio nacional realizó una encuesta telefónica a 500 personas, con un 95 por ciento de confianza. Los resultados son altamente ilustrativos: El mejor librado es Enrique Peña Nieto, en quien creen un 24 por ciento, pero –en este y en todos los casos- son mayoría quienes no le creen: un 38 por ciento de los encuestados.
Hay casos patéticos, como el de Elba Esther Gordillo, quien solo tiene un 6 por ciento de la confianza de los entrevistados y la desconfianza del 74 por ciento. El perredista Jesús Ortega obtuvo un 5 y un 62 por ciento, respectivamente.
CUIDAR CADA PALABRA, CADA FRASE
Adquiere un relieve inusual en estos momentos, el conjunto de señales y mensajes que envíen los gobernantes. Una frase inconveniente, un discurso mal improvisado, o una decisión deslegitimada y la distancia pueblo-gobierno se ahondará.
Por ello, deben revisarse –a la luz de la credibilidad y no de la popularidad- si lo que se ha hecho y dicho la gente lo decodifica como las acciones pertinentes frente a los problemas de alcoholismo, inseguridad pública, o de infraestructura que enfrenta Nayarit.
Al margen de lo que hagan algunos alcaldes, diputados o legisladores federales, será interesante escudriñar los movimientos del gobernador, figura en la que típicamente se deposita la esperanza popular para salir de las crisis.
Muchos creemos que se necesita un ajuste en la dirección y en el estilo. Y obvio, que hay cargos en donde el equipo de refresco debió llegar hace mucho.
En toda su trayectoria política, Ney González se ha destacado por sorprendernos con acciones y reacciones para crecer y mantenerse. En este momento del sexenio se ve, se siente que hay una expectativa social para ver cómo el gobernador saldrá delante del conjunto de dificultades que enfrenta Nayarit.
Los programas masivos –becas, despensas- incrementan los puntos de popularidad de los gobernantes. Pero en momentos de incertidumbre o zozobra social, son los cambios de timón y las decisiones dolorosas las que hacen que la gente vuelva a creer en ellos.
DE BUENA FUENTE: Con un opíparo ágape festejará su cumpleaños 50 y tantos el notario público Antonio Herrera López en un amplio salón del Club Campestre de Tepic. Ayer circularon las invitaciones de manera verbal y por mensaje de celular y correo electrónico. Se espera que concurran la comunidad golfística, buena parte de la clase política, el gremio de abogados, y muchos personajes del mundo empresarial y político. Las viandas y finos licores son cortesía de un grupo de hombres de negocios amantes del golf.
Los interesados en acompañar al popular Toño Herrera deben confirmar su asistencia durante la mañana de este miércoles al 311-141-8499. Como dicen en los eventos pueblerinos, la “entrada es gratuita”.
DE BUENA FUENTE 2: La Suprema Corte ya resolvió el lunes que era inconstitucional la famosa “Ley Sabines”, que iba a permitir una ampliación del período por 18 meses a los diputados locales de Chiapas, para que la nueva Legislatura iniciara sus funciones después de la homologación de elecciones locales y federales.
Eso dejará a los diputados de la 29 Legislatura de Nayarit sin chance de quedarse un año más. Así que los afortunados serán los próximos diputados, seguramente, los que durarán 4 años en su encargo, del 2011 al 2015.
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