La pasión nos ganó el fin de semana. Las redes sociales se convirtieron en una arena del Nayarit dividido por las filias y fobias políticas. Imposible tejer un debate objetivo sobre la actuación gubernamental en el combate a la delincuencia organizada. Los ánimos estuvieron caldeados. Enojo, rabia, desesperanza, por un lado; y por otro, la reacción inercial de los fidelizados: “la culpa es de los foráneos”, “haz equipo por Nayarit”, y otros inoportunos ejercicios de lealtad confesa.
Hoy, conviene reflexionar con objetividad un aspecto fundamental del momento que vive Nayarit: ¿Es confiable nuestra policía?
En agosto del 2009, a un año del Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justitica y la Legalidad, se evaluaron los compromisos (74 objetivos y 92 acciones) asumidos por parte de las autoridades de las 3 esferas de Gobierno. En escala de 0 al 10, la calificación promedio final fue de 4.8, es decir, reprobamos.
Pero detengámonos en el renglón que nos interesa: los gobiernos estatales tuvieron un 3 de calificación en los 7 rubros en que deberían trabajar, y las asociaciones de alcaldes un increíble 0.8 en los 8 compromisos suscritos un año antes.
LO URGENTE, A PASO DE TORTUGA
Uno de los puntos torales para limpiar a las policías del país es la puesta en marcha de los Centros Estatales de Control de Confianza, con una metodología aprobada en noviembre del 2008 para evitar “los casos comprobados de elementos de estas instituciones que están vinculados con grupos delictivos”. No por algo es el compromiso número 1 en la lista del documento de evaluación.
Se clasificaron en 5 apartados a las entidades federativas, de acuerdo a su nivel de avance. Nayarit ocupó el último de la lista junto a otras 5 entidades.
Recientemente, Juan Miguel Alcántara, Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) se refirió a Nayarit y Quintana Roo como los estados más atrasados en los procesos de certificación de sus centros estatales de control de confianza.
Justo hace una semana charlé como Oscar Herrera, Procurador de Justicia, y Fernando Carvajal, Secretario de Seguridad Pública, sobre el caso de 400 policías municipales de Torreón a quienes se les ordenó someterse a los exámenes de control de confianza. De entrada 120 se negaron a hacerse el test antidoping, 110 no aceptaron realizar la prueba del polígrafo, y de los 170 que si decidieron ser evaluados, solamente uno obtuvo calificación “recomendable”.
¿Con cuántos policías confiables se quedarían las corporaciones nayaritas si se aplicaran los exámenes de control de confianza? Lo ignoro. Pero el escenario del conflicto inter-mafias que azota a la entidad nos agarra con cuerpos de seguridad no calibrados. Seguramente muchos comandantes y elementos están coludidos con los malos, pero no hay manera de saberlo por ahora.
Hace algunos meses, el exauditor general del OFS Andrés García analizó en su blog los artículos transitorios de la Ley Estatal de Seguridad Pública y descubrió que de aplicarse tal como están redactados, los imperativos del SNSP se cumplirían… ¡hasta el siguiente sexenio! Es decir, que los operadores de la agenda legislativa local –es decir, Pedro Enríquez- no diseñaron una ley que le permita al gobernador Ney González trabajar con una policía depurada. Grave error de perspectiva.
¿UN SEXENIO SIN POLICÍAS EVALUADOS?
Me parece plausible, por ende, que sea el propio Ney quien haya manifestado la desconfianza existente en el C-4, dependencia que opera –entre otras atribuciones- las líneas telefónicas 066 y 089, claves para la captación de denuncias ciudadanas.
No me queda claro cómo dicho ente ya volvió a ser confiable en pocas semanas, al no funcionar aún la institución que permite calificar la aptitud de policías y servidores públicos de áreas de seguridad pública. Habrá que indagarlo. Los nuevos titulares del C-4 seguramente son funcionarios no evaluados con los parámetros del SNSP.
Si los colaboradores de Ney no aceleran el proceso para que los nayaritas tengamos una herramienta que nos indique cuál policía debe permanecer en los cuerpos de seguridad y cual no, llegaremos al 18 de septiembre del 2011 con ese tache operativo.
Siempre he creído que el gobernador trae un ritmo diverso al de su gabinete. En el tema de la seguridad pública me queda claro que así es.
Pocos recuerdan que hace algunos 7 u 8 años, por ejemplo, el propio Ney González siendo alcalde de Tepic le pidió a uno de sus funcionarios, Javier Vázquez Paniagua, que ya no se dejara ver en público al volante de un ostentoso auto marca Jaguar. Ney sabía –y sabe- que la población no confía en autoridades policiales con patrimonios no compatibles con sus ingresos. Y créanme que muchos comandantes de la Agencia Estatal Investigadora tienen un nivel de vida inexplicable.
INSEGURIDAD: PRIORIDAD 1
Todos sabemos que el tema cotidiano de las familias nayaritas es el de la seguridad pública. De ahí que no entiendo cómo el equipo de trabajo del gobernador diseñó una agenda laxa y aletargada. ¿Otro ejemplo? El Observatorio Ciudadano anunciado el 26 de noviembre del 2008 ya tuvo su primera reunión para conformarlo… el 8 de junio del 2010, es decir, con año y medio de tardanza.
Creo que el discurso y la propaganda en torno a las metas rebasadas del Plan Estatal de Desarrollo deben diferirse algún tiempo. Hoy, la gente está atenta a lo que hagan –o no hagan- sus autoridades para regresarle a los nayaritas la seguridad pública perdida.
Como editorializó un portal informativo el sábado por la tarde: Nayarit, señoras y señores, está herido.
DE BUENA FUENTE: El sábado se celebró el día mundial contra el trabajo infantil, renglón en el que hay mucho por hacer, pues Nayarit aparece en tercer lugar nacional de menores en condiciones de trabajo, junto con Puebla y Oaxaca, con 17% de su población de entre 5 y 17 años incorporados al mercado laboral.
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