lunes, 28 de junio de 2010

Nayarit: Medalla de oro en... ¡diezmos!

Hace 2 meses el director del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), Luis Foncerrada al presentar la iniciativa “Alianza contra la Corrupción” dio a conocer algunos datos que no deben pasarse por alto, pues revelan la inconformidad del empresariado con ciertas prácticas gubernamentales.
El muy influyente CEESP encuestó a 3 mil empresarios de México sobre las peticiones de soborno por parte de funcionarios; el estudio –incuso- contó con el patrocinio de la Secretaría de la Función Pública. Transcribo uno de los párrafos del periódico español El Mundo sobre este sondeo:
“El resultado del muestreo dibuja incluso un mapa de corrupción, donde las respuestas de las empresas señalan los estados más inclinados a exigir sobornos. Es el caso de Nayarit, Tabasco, Zacatecas, Hidalgo y Oaxaca, por este orden. En el otro extremo, los que pueden presumir de honestidad, siempre en opinión de los empresarios consultados: Colima, Yucatán, Tlaxcala, Quintana Roo y Campeche”.
Apenas la semana pasada, el líder de la CANACINTRA en Nayarit, Roberto Milton Rubio, retomó el tema al criticar la transparencia en licitaciones y recalcar que “la administración pública no es una fuente de enriquecimiento de funcionarios”.
A principios del 2009 un encuestador descubrió la alta preocupación que en el tercer distrito electoral federal –el sur de Nayarit- tenía el tema de la corrupción. Pintaba mucho en las encuestas. Y es que en la administración del doctor Jaime Cuevas como alcalde, del 2005 al 2008, se institucionalizó la industria del soborno con los desarrolladores de vivienda. Su hermano Juan Cuevas ha sido reiteradamente señalado como uno de los traficantes de influencias que se volvió millonario en 3 años.

EL TEMA DE LOS DIEZMOS
Es decir, en opinión del sector privado Nayarit sería el campeón nacional en el tema de los diezmos. Este asunto debe ser merecedor de un mejor tratamiento institucional que el que hasta ahora ha tenido. Realmente la lucha contra la corrupción en nuestra entidad no ha producido una sola noticia memorable, o ¿usted recuerda alguna?
Me consta que la investigación anunciada por el gobernador Ney González el 2 de marzo del 2009 para investigar y sancionar a quienes cobraron multas ilegales en la Procuraduría despertó el aplauso ciudadano. 15 meses las autoridades a cargo… siguen investigando.
Lo que pudo haber sido un éxito político del sexenio –sancionar a funcionarios corruptos- quedó en nada, en la abulia burocrática.

HONESTIDAD, UN TEMA DE IMAGEN
Y vaya que la lucha anticorrupción es una excelente herramienta para construir imagen. Pero ignoro por qué se ha hecho caso omiso del, creo yo, principal anhelo ciudadano, junto con el de la seguridad pública.
Retomando la opinión de un experto, Salvador Íñiguez Castillo, Auditor General del Órgano de Fiscalización Superior, la tarea primaria para reducir niveles de corrupción está en las instituciones que ejercen los recursos del erario, ya que el 100 por ciento de éstos pasan por las tesorerías o por los administradores, y más o menos un 70% son fiscalizados a priori por los contralores o auditores. Un porcentaje menor es el que revisa el OFS.
Ignoro el porqué las autoridades municipales y estatales no han atinado a diseñar una acción concreta, lucidora y efectista, en el tema de la higiene presupuestal. Pese a la reiterada publicidad que se le ha hecho al segundo lugar nacional que Nayarit tiene en el índice de transparencia fiscal, el estudio del CEESP acredita que la corrupción institucional se percibe entre los hombres de negocios.
Mientras no existan sanciones administrativas y penales a servidores públicos deshonestos, la gente seguirá percibiendo que la corrupción existe en Nayarit. Ojo, en el fin de sexenio es poco lo que se puede hacer por luchar contra la corrupción; lo factible es trabajar en la percepción que hay de este fenómeno. Eso sí es posible en 15 meses.

DE BUENA FUENTE: El estilo porril con el que fue impulsada la reforma electoral se nota ahora por parte de los defensores de la misma. La verdad no se que se pretenda lograr con las declaraciones vertidas por mis amigos Alejandro Galván y Dolores Galindo al denostar a quienes critican el contenido de las modificaciones constitucionales. Su actitud tiene nombre: intolerancia.
A muchos personajes cercanos al PRI y al Gobierno se les olvida que la prioridad ahora debe ser destacar los aspectos de fondo –la forma es indefendible- de la reforma. Es decir, habiendo argumentos valiosos para legitimarla, ¿Por qué irse por el camino fácil de la adjetivación del opositor?
En el caso del diputado Lolo Galindo pues se trata de su característico estilo. Sin embargo, esperábamos más de Galván, quien pese a su juventud, su perfil profesional y su actualización constante en materia política, declina unilateralmente al debate o al diálogo con los opositores y opta por la antiquísima práctica de la descalificación de quienes disienten.

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