lunes, 18 de octubre de 2010

El "apodo" de Tepic en Twitter

A principios de año la creciente comunidad de usuarios nayaritas de la red social Twitter acuñaron el adjetivo #CiudadBala para referirse a Tepic al comentar cada nuevo hecho violento.

Este tipo de detalles deben constituir un reto para quienes tramitan, desde alguna dependencia municipal, la imagen de nuestra capital, tanto para la atracción de inversiones y turistas, como -evidentemente- para la armonía entre ciudadanos y autoridades locales.

La marca "Riviera Nayarit" es, para propios y extraños, el arquetipo de cómo se debe vender exitosamente una región. Pese a algunos episodios de inseguridad, ha prevalecido la idea de playas limpias, cocina exquisita, hoteles confortables, soberbios campos de golf, vegetación exhuberante, relax y diversión.
A dos décadas de distancia, se confirma que la creación de Bahía de Banderas como el municipio 20 de Nayarit fue un visionario acierto. No imagino qué hubiese pasado con Nuevo Vallarta, Punta de Mita o Bucerías si los servicios públicos siguieran dependiendo de Compostela a -en el mejor de los casos- una hora de distancia.

Es decir, no hubiese sido posible concebir la marca "Riviera Nayarit" sin el antecedente de un gobierno municipal moderno, ligero, que habla el mismo lenguaje de los hoteleros y prestadores de servicios turísticos y -fundamentalmente- alejado de la cleptocracia de los tradicionales grupos caciquiles de Compostela.

¿CÓMO SE PERCIBEN LOS SERVICIOS PÚBLICOS?

En el caso de Tepic queda claro que hay un enorme contraste entre la exitosa campaña de imagen del alcalde Roberto Sandoval y el trabajo para promocionar a la ciudad, o propiamente dicho, para modelar percepciones favorables entre los tepicenses y los visitantes, ya por motivos de placer ya por asuntos de negocios.

Los consultores profesionales en marketing gubernamental sugieren que el trabajo de imagen de una administración municipal se soporte en 5 programas, que –evidentemente- tengan que ver con la razón de ser de los Ayuntamientos: los servicios públicos.

Si la propaganda oficial, en cambio, se basa en programas asistenciales, nos queda otra idea, no la de un gobierno enfocado en mejorar los servicios que debe prestar a las comunidades, sino la otra, la de preeminencia del tema electoral por encima de las obligaciones marcadas en el 115 constitucional.

La calidad del agua potable, los panteones, la recolección de basura –una inagotable fuente de quejas-, los programas de bacheo y, claro, la seguridad pública deben merecer un nuevo enfoque por parte de las autoridades. Buena tarea le espera a quien encabece la próxima administración municipal (¿Pablo Montoya? ¿Roberto Mejía? ¿Jorge Aníbal Montenegro? ¿Jocelyn Fernández?).

El reto es que en las redes sociales –y por tanto en el imaginario colectivo- Tepic deje de estar asociada al concepto #CiudadBala y se le reconozcan otros atributos. Más allá de las fortalezas que ofrecen sus habitantes (su gastronomía, su amabilidad, su alegría) en la agenda pública debe procesarse la urgencia de hacerle reingeniería a los servicios públicos en 2011 o antes y, por ende, a los servidores públicos que los operan.

Ojo, no se trata de acabar con la inseguridad de tajo, una meta imposible sin el auxilio de las fuerzas estatales y federales, sino de incidir eficazmente en las percepciones de los tepicenses sobre el quehacer de la autoridad local; que la gente reconozca que se hace algo para que el agua potable salga clorada, para que los policías acudan velozmente al primer llamado al 066, para tapar los baches antes que revienten los neumáticos, etcétera.

DE BUENA FUENTE: En medios de Bogotá se difundió la noticia de dos colombianos desaparecidos desde hace una semana durante un trayecto con destino a Nayarit para reunirse con un grupo de amigos. Sus nombres, Arley Alfonso González y Jorge Leonardo Espinosa, las compañías Promotora de Servicios Administrativos S.A. y Herbalife, según denunció Marcela Zuluaga, esposa del primero.

La mujer pide la colaboración de las autoridades mexicanas por medio de una declaración al diario La Nación de ese país sudamericano. Ella desea saber su paradero o “conocer si alguna entidad del Estado los tiene bajo su custodia o han sufrido algún accidente”.“El último contacto telefónico que se tuvo con ellos fue a las tres de la tarde (del ocho de octubre); aseguraron que estaban pasando por la ciudad de Mazatlán, en el Estado de Sinaloa”, dijo.

Esperemos que las autoridades nayaritas colaboren con el exhorto de esta angustiada mujer colombiana.

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