“¿Qué podemos hacer para que castiguen a los corruptos?”, me pregunta por twitter una lectora indignada con la historia de los 800 mil pesos que Manuel Narváez, el exlíder del Congreso, ganó en 9 días de octubre del 2010 por el nebuloso concepto de “compensaciones extraordinarias”.
-Mucho-, la tranquilizo. Le explico de que las redes sociales pueden constituirse en un ente para presionar a las autoridades a actuar, y que no todos los políticos o autoridades tienen amnesia para los casos de corrupción. Y ahí es en donde mi interlocutora me puso en aprietos: “¿Cómo quiénes?”.
Por mi mente desfilaron decenas de imágenes en segundos. Me costó trabajo encontrar a una figura pública que haya tomado como bandera la lucha contra las ilegalidades y abusos del poder. Finalmente encontré al único personaje que ha trascendido mediáticamente por gestionar sanciones a funcionarios presuntamente involucrados en actos de deshonestidad: la diputada federal Ivideliza Reyes.
Nunca he cruzado una palabra en mi vida con la legisladora panista. Creo que alguna vez nos dimos la mano en un evento del gobierno federal en Santiago Ixcuintla. Sin embargo, su cruzada para que la Auditoría Superior de la Federación investigue y castigue a Omar Reynozo por su actuación como Secretario de Salud me simpatiza enormemente.
EL CASO NARVÁEZ INDIGNA
Es sorprendente que los abusos que cometió Manuel Narváez cuando encabezó la 29 Legislatura no tengan el eco esperado en la clase política, a diferencia de la indignación que despiertan en los ciudadanos de a pie. Para fortuna de muchos, los documentos que consignan cuánto y en qué gasto el presupuesto del Congreso local del 2008 al 2011 ya circulan como si fueran volantes de alguna venta nocturna.
El “caso Narváez” se otea ya como el primer asunto en el que habrá un seguimiento en medios y redes sociales hasta las últimas consecuencias. Seguramente se involucrarán a representantes populares actuales. Me parece que la diputada Ivideliza será una de las que estarán al tanto de la forma en que se tramite.
La lucha anticorrupción va a estar dentro de la agenda gubernamental por presión de muchos ciudadanos que –tras 6 años del inicio de su vigencia- han entendido que las redes sociales son el complemento ideal de una Ley de Transparencia cuya utilidad no quedaba clara.
Ojalá que como consecuencia de las denuncias virtuales y su correspondiente traslado a la arena oficial pronto tengamos a muchas autoridades y políticos que hagan propia la lucha anticorrupción. Hasta hoy lastimosamente sólo veo a Ivideliza Reyes en ese rol. A nadie más.
DE BUENA FUENTE: Agréguese al glosario nayarita el concepto “deudópata” socializado este pasado “puente” por el economista Jorge Aníbal Montenegro, y que hace alusión a las autoridades emanadas de esa escuela keynesiana que es la Ola Roja, y cuyo gusto por la contratación de empréstitos haría palidecer de envidia a los Secretarios de Hacienda de los 70, desde don Hugo B. Margáin hasta Gustavo Petriccioli, pasando por David Ibarra y Jesús Silva Herzog.
Twitter: @ehq
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