martes, 4 de noviembre de 2008

La nayarita que ayudó a Obama

María Luisa Parra Sandoval nació en Ixtlán del Río. Llegó a EU cuando tenía 6 años de edad, con su madre, cruzando ilegalmente la frontera. Durante años vivieron en la sala de su departamento de una sola recámara, en la avenida Sunrise en Las Vegas. Su padre trabaja actualmente en la cocina del hotel Luxor. Su madre lava sábanas.
Durante años estudió con empeño. Solía encerrarse en el baño de su vivienda para poder leer sin interferencias. Eligió estudiar Ciencias Políticas en la Universidad de Nevada en Las Vegas (UNLV), carrera que terminó en mayo pasado. Aún siendo estudiante, en la primavera del 2005, sería contratada por la oficina del senador Harry Reid –líder del Senado norteamericano- como asistente en el área de comunicaciones internas. Ese mismo año fue una de los 50 jóvenes estudiantes reclutados por Escuela John F. Kennedy de la Universidad de Harvard en un programa de liderazgo.
Tras muchos esfuerzos, en 2006 María Luisa Parra obtuvo la ciudadanía estadounidense. “Existe demasiado papeleo para poder obtenerla desde que yo era muy niña y nosotros nunca tuvimos un abogado. Esto me hace querer ayudar a la gente que ha estado en los mismos zapatos”, dijo el 3 de agosto pasado al diario Las Vegas Sun.
Ahora ella espera enrolarse en una prestigiosa universidad de la costa este para cursar un posgrado conjunto en Derecho y Políticas Públicas. Con un 3.94 de promedio (en una escala de calificación donde 4.0 es la máxima) no está lejos de llegar a Harvard. Su deseo es practicar la abogacía en materia de inmigración.

PASOS A LA FAMA
El 16 de noviembre del 2007 la joven ixtlense pasó a la fama. Durante el debate televisado por CNN con los aspirantes a obtener la nominación presidencial por el partido demócrata –llevado a cabo en la UNLV- Parra Sandoval tuvo oportunidad de hacerle la última pregunta del evento a Hillary Clinton: “Usted qué prefiere, ¿las perlas o los diamantes?”. Los asistentes estallaron en risas. La senadora neoyorquina también, antes de responder que prefería ambas. Evidentemente Barack Obama disfrutó el momento, que evidenciaba a su rival como una mujer frívola.
De acuerdo a The New York Times la joven nayarita fue contactada por CNN a través de uno de sus profesores para hacer una pregunta en el debate. María Luisa redactó dos cuestionamientos, acerca del cuidado de la salud y sobre la guerra contra Irak, mismas que fueron rechazadas por la televisora. Un día antes del programa, un productor le pidió redactar otras 2 preguntas, una en serio, otra sobre algún tema ligero. Ella pensó en dos temas, una sobre desechos nucleares en la montaña Yucca (a 140 kilómetros de Las Vegas) y otra sobre… ¡joyería! CNN le pidió memorizar sus preguntas.
Dos minutos antes de que terminara el debate –que tuvo más de 4 millones de televidentes-, ya se había discutido el tema de los desechos nucleares en la montaña Yucca, por tanto cuando tocó su turno, María Luisa –elegante, vestía un blazer oscuro- tomó el micrófono y soltó la pregunta que para muchos fue parte de una conspiración de CNN contra la Clinton.
Muchos estudiantes de la UNLV la bombardearon de reclamos después de su intervención en el debate. La acusaron de ser sexista y cabeza hueca. Ella se defendió en su blog en MySpace: “Eso es lo que los medios hacen, ellos escogen lo que quieren y no lo que sea la gente o la audiencia. Así es la política. No me juzguen a mí o a mi integridad basados en esa pregunta”.
El equipo de la senadora Clinton acusó entonces a CNN de sembrar preguntas tendenciosas, y a partir de análisis fotográficos detectó que muchos de los asistentes a los debates televisados eran en realidad operadores de sus rivales demócratas. En tan solo uno de los Blogs que analizaron esta anécdota me encontré con 560 posteos. En YouTube, una de las versiones del video de 51 segundos ha sido vista 13 mil veces.
Nuestra paisana María Luisa Parra, quizá sin quererlo, le dio una ayudadita a Barack Obama, quien hoy puede pasar a la historia.

DE BUENA FUENTE: Se cocina una novedad editorial. Un libro de memorias en el que un polémico nayarita –quien suele residir por temporadas en Las Vegas- publicará sus andanzas en el mundo de la política y sus fotografías con muchos famosos como Vicente Fox, Andrés Manuel López Obrador y Carlos Slim, entre otros.