viernes, 12 de junio de 2009

Julián, don Emilio, Ney

La puesta en marcha de exámenes de control de confianza ponen la mesa para que el gobernador Ney González finiquite uno de los pendientes de su sexenio. Auspiciar una limpia en las filas de servidores públicos encargados de la seguridad pública.
De diciembre a la fecha Ney cumplió -con creces- otra de las metas de su administración: mejorar la presencia y la capacidad de reacción en el mundo virtual.
La contabilidad de logros institucionales no debe pasar desapercibida, pues en términos netamente políticos, se trata del tamaño de los argumentos que se usarán después de septiembre del 2011 para que la sociedad emita su juicio histórico sobre el sexenio de Ney.
En retrospectiva, solamente Julián Gascón Mercado y Emilio M. González han podido librarla sin problemas. El primero nos legó la U.A.N. y el segundo empoderó a los carenciados.

POLICÍAS NO JUARISTAS
La PEI vive una cuarta etapa en el sexenio, al mando de Julio Betancourt, un hombre serio cuyo nombre concita aprobaciones. En el pasado reciente la corporación no estuvo exenta de problemas. La sociedad entiende que permanecen elementos con ligas extrainstitucionales, cuyo estilo de vida es una confesión de facto. Nada que ver con la famosa medianía juarista.
El marco nacional y el clamor local convergen en la necesidad de sanear las filas policíacas, con transparencia y mano firme. Si Ney logra llegar al 2011 con una PEI confiable prácticamente se habrá quedado con 2 o 3 pendientes de calado mayor.
2010 será un año clave, el último para operar modificaciones legales o instrumentar estrategias mayúsculas. En la lista de pendientes debe estar una reforma constitucional construida en torno a un gran diálogo con la sociedad; el establecimiento de un plan de austeridad gubernamental; y las acciones para igualar la costa norte con la sur, en el marco de la Riviera Nayarit. Y en materia política, enterrar al autismo vigente con un par de actores políticos.
Me da la impresión de que Ney González ha estado tomando decisiones como si el sexenio fuese a terminar en este 2009. Ha puesto énfasis –como Celso Delgado- en dejar huellas visibles en su trabajo, claro, sin los problemas emblemáticos que mancharon los logros del 87 al 93.
Aún hay temas pendientes. Si el gobernador los agenda y resuelve, podrá sumarse a esa lista selecta, de los exgobernadores que tranquilamente pueden salir a las calles de Tepic, recibiendo el aprecio de la sociedad.

DE BUENA FUENTE: Volvió a sonreír Alfredo Zmery esta semana. ¿Conocería alguna encuesta reciente?