“Los silencios públicos se cultivan en diálogos privados” nos ilustraba el abogado Jonás Flores hace más de 2 décadas a los jóvenes de entonces deseosos de escalar en el ámbito público. Ese proceso más o menos riguroso de enseñanza extrauniversitaria –las reglas no escritas de la política- minimizaba la posibilidad de cometer los errores que recientemente hemos visto en, al menos, un par de funcionarios estatales.
Todos los sexenios tienen coyunturas de destrucción de imagen, muchas veces ligadas a yerros de funcionarios. Cuando un escenario de crisis no es enfrentado óptimamente puede usted a apostar a que el desenlace será la guillotina para algún miembro del gabinete.
En el caso de Omar Reynozo el gobernador Ney González decidió bien, pues se había conformado una opinión pública mayoritaria que censuraba tanto el desorden administrativo al interior de la dependencia como –en contraste- la vigorosa campaña de activismo que el Secretario de Salud operó a través de
UN LENTO SUICIDO POLÍTICO
La gota que derramó el vaso, en el reciente conflicto con los trabajadores de base, fue un boletín de prensa en la que el funcionario arremetía contra el sindicato, y que –pese a un operativo emergente de control de daños- alcanzó a ganar alguna portada en medios impresos de Bahía de Banderas.
El peculiar estilo del joven galeno nos hacía pensar a todos en un suicidio político. Sus aspiraciones electorales en Bahía de Banderas amalgamaron una nutrida y plural corriente de “todos unidos contra Omar”. Y al frente de los Servicios de Salud llevó a un grupo de jóvenes exlíderes universitarios cuya poca o nula experiencia fue incompatible con la idea de un sexenio de la salud, que debió sustentarse en perfiles con mayor expertise.
Hay que recordar que Omar se movía en terreno minado. Dirigió la dependencia desde la que se catapultaron los últimos 2 adversarios políticos de Ney: Polo Domínguez en 2002 y Miguel Ángel Navarro en 2005. Es decir, había que desempeñarse con tacto, calculando bien cada decisión. Nada de eso sucedió.
Finalmente Ney sorprende con una decisión muy al estilo anglosajón, es decir, fría y sustentada en la opinión pública, dejando de lado el afecto. Cabe señalar que el relevo en Salud es una jugada que da utilidades. No hacerlo le estaría generando costos que –tal como está el entorno- no convienen en un fin de sexenio.
Tras un fin de semana en suspenso, muchos ciudadanos estarán atentos a conocer los 5 nombres de quienes sucederán a los titulares de Salud, Educación, Contraloría, Hacienda y Seguro Popular. Si Ney decide seguir utilizando criterios tipo Washington seguramente revisará currículums y sopesará la “fama pública” de algunos nombres, más allá de su credo político.
DE BUENA FUENTE: Por cierto, hablando de la falta de oficio, este fin de semana la encargada de difundir las actividades del PRI estatal manifestó públicamente su simpatía con un personaje público para la gubernatura en 2011, algo que seguramente no gustará a varios de los aspirantes y que tendrá que procesar la dirigente estatal Griselda Esparza para mantener las aguas calmadas. “No me ayudes compadre”, pues.
DE BUENA FUENTE 2: Buen capital político mostró el diputado Pablo Montoya este fin de semana al congregar a lo más granado de los medios locales y de la iniciativa privada en su festejo de cumpleaños, en un ambiente de mucha camaradería. No cabe duda que el economista ha sabido mantener aceitadas sus relaciones personales con hombres clave, que pueden hacer la diferencia en el futuro político de Tepic.
DE BUENA FUENTE 3: Muy favorables opiniones ha cosechado el doctor Bernardo Rodríguez Naya –exdelegado del ISSSTE, exdiputado local y actual Secretario General del PRI municipal en Tepic- en redes sociales como probable sucesor de Omar Reynozo en
DE BUENA FUENTE 4: En unas 3 semanas más se espera la visita de Rafael Ranero, Presidente del Instituto Político Empresarial del PRI, a Tepic para el ungimiento del nuevo mandamás de ese ente a nivel local. Quizá no signifique mucho pero con quien mantiene un diálogo constante en la red social Twitter es con el también americanista Alejandro Galván.
DE BUENA FUENTE 5: “No compres libros si te los puedes robar o si te los pueden prestar” me dijo Héctor Gamboa Quintero en el verano del 87. Enterado de que un servidor estaba inscrito en la carrera de Derecho, se ofreció a proporcionarme los textos del primer año. A los días recibí –él vivía en el DF-en la oficina de correos el paquete con los textos. Eran ediciones viejas que el acaponetense había actualizado anotando con su puño y letra las modificaciones consignadas en cada nueva edición.
23 años después, en el último verano, me lo topé en una tienda de autoservicio. Viandas de bohemio en su carrito. Me mostró una botella de vino blanco chileno. Lo noté delgado, pero con el mismo espíritu de siempre. “Que la disfrute maestro”, me despedí de él. No lo volví a ver. Quiero pensar que ese domingo soleado escanció el vinillo, leyendo absorto, quizá escribiendo. Quizá uno de sus últimos brindis. Genio y figura, se llevó mi gratitud y afecto.