lunes, 21 de febrero de 2011

¿Y las otras "olas"?

Dicen los enterados que Humberto Moreira revisó hace días una proyección sobre el 3 de julio en Nayarit. El estudio calculaba que el PRI sí podía triunfar, incluso ante el mejor candidato de la oposición. La diferencia sería de apenas un punto. ¡Ah! siempre y cuando el partido tricolor se mantuviera unido. Menudo lío.

La semana pasada, en contraste, fue una vitrina que mostró que a un PRI fragmentado y –desde el sábado, sobre todo- con muchas dificultades para recomponerse en torno al popular Roberto Sandoval, aparentemente el favorito de la dirigencia nacional.

Mientras que los estudios de opinión ubican al deseo de alternancia –anhelo de renovación de rostros y estilos en el gobierno- del electorado nayarita alrededor del 60 por ciento, el equipo del alcalde con licencia no tuvo objeción en recibir de buena gana el claro apoyo de la bien aceitada estructura electoral del gobernador Ney González; este hecho nos hace pensar que muy probablemente el porcentaje de apetito ciudadano por el cambio disminuyó.

EL FUNDAMENTAL ELECTOR INDECISO

Parte de la simpatía que despertó Roberto en los ciudadanos nayaritas fue su emancipación política –actitud quizá aconsejada a partir de encuestas-, atributo que se diluye con los anuncios de continuidad transexenal en programas sociales hechos este sábado en Facebook y que aparentemente recibieron un “Vo. Bo.” tácito por parte del virtual abanderado del PRI a la gubernatura.

Como telón de fondo de este tema, la renuncia de la experimentada consultora en marketing político Gisela Rubach, quien se separó desde el lunes del aspirante priísta, hace suponer que los hechos de la semana pasada se decidieron en el cuartel de la ola roja, sin que mediara opinión o réplica alguna por parte del equipo que asesora a Roberto.

Hay preocupación en analistas y políticos del riesgo que conlleva el apoyo –¿o tutela?- de la “ola roja” para que Sandoval pueda atraer los votos de los electores indecisos o de los opositores decepcionados, fundamentales en una contienda reñida, como la del 3 de julio.

Y es que hasta los novatos en marketing político entienden que las acciones de proselitismo no deben hacerse para llevar a la urna al votante fiel, sino para convencer al elector switcher, ese que o tradicionalmente no vota o suele votar en contra del PRI.

Tal y como ha operado la ola roja en los últimos 9 años, se ve como misión imposible bordar un nuevo discurso (en política el lenguaje es el de los hechos) que detone las simpatías de otras corrientes del PRI y de votantes no priístas. Recordemos que uno de los rasgos que la simbolizan es su perfil combativo con el disenso. No es el diálogo con el opositor algo que los caracterice.

De ahí que sea fundamental revertir el juego de señales que se ha gestado desde el pasado miércoles 16, pues a diferencia de sus nuevos aliados, Roberto sí ha mostrado actitud y aptitud para tender puentes más allá de las fronteras de su propia corriente de apoyo, incluso para cosechar simpatías en simpatizantes de otro credos políticos.

LA INCLUSIÓN: INDISPENSABLE

El equipo de apoyo de Roberto debe leer de manera óptima el escenario por venir. Si lo logra, tramitará ajustes para recalibrar el juego de señales; de lo contrario, otras corrientes del tricolor y los electores switchers no se sentirán incentivados con la oferta de continuidad política.

Si el documento que, aseguran, revisó Moreira prevé como condición para el triunfo priísta la adhesión de todas las corrientes al candidato a gobernador, la suma de la ola roja es apenas un primer paso en la confección de una candidatura ganadora.

Los votos de los seguidores de otras estructuras políticas priístas pueden ser la diferencia entre ganar o perder la gubernatura el 3 de julio. El war room de Roberto tiene mucho por hacer y no debe delegar la tarea reflexiva a nadie más.

Falta pues, procesar la incorporación de las otras olas. Misión nada sencilla.

DE BUENA FUENTE: La señora Sharo Mejía aclaró que no va a buscar ni la gubernatura ni la alcaldía de Tepic, así que seguramente la veremos como integrante de la 30 Legislatura, en donde, se espera, será acompañada por un buen número de elementos de la ola roja.

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