La magia del “copy anda paste”
En cada Legislatura se da una competencia especial entre los diputados. Una, para ver quién es el primero que presenta una iniciativa de Ley; y otra, para ver cuál es el al final de 3 años presentó más iniciativas de Ley.
Muchos nayaritas deben pensar que un documento de este tipo requiere de un esfuerzo monumental. Nada de eso. Gracias a la magia del programa Windows (recortar, copiar y pegar) redactar una iniciativa de Ley no debe llevar más allá de un par de horas.
En Nayarit los expertos en legislación local crearon escuela plagiando una gran cantidad de leyes de otros estados. Tomaban un archivo y sustituían el nombre de la entidad federativa por el de la nuestra. Legislar dejó de ser un proceso dialéctico para convertirse en un simple proceso mecánico.
Las “iniciativas en estudio” –eufemismo para nombrar a la congeladora legislativa- son muchas. Pueden pasar años ahí sin problema, debido a que nunca fueron producto de un movimiento social o de una auscultación popular previa. En la calle nadie reclama su aprobación con urgencia.
El 4 de noviembre el diputado Julio Mondragón presentó una iniciativa con proyecto de Ley para regular el funcionamiento de las casas de empeño. En Tabasco, en Coahuila, en Chiapas –cuando menos- existe una normatividad similar. El tema parece atractivo. Pero conviene saber que lo menos importante de una ley es su contenido final.
La redacción de una iniciativa es la parte final de un proceso, no el inicio.
De nada sirve que este documento sea un poema jurídico si el diputado Mondragón y sus pares no realizaron la fase sociológica que debe gestarse antes de la presentación de la iniciativa. Es decir, si los destinatarios de este proyecto de ley no lo sienten suyo, no lo ven como la respuesta ideal a un sentido problema, será un ordenamiento más condenado a la ineficacia y al olvido.
El estilo nayarita de hacer leyes ya demostró su histórica ineficacia. Es momento de inaugurar una nueva etapa en la que el “copy and paste” no constituya el eje fundamental de la producción legislativa. Hay que ensayar un nuevo modelo en el que el diálogo previo con las partes constituya el insumo fundamental de cualquier iniciativa de ley.
La presentación de una iniciativa no debe caer por sorpresa. Debe ser una noticia anunciada. Los medios –o al menos los interesados- deben haber participado en un debate ordenado y anterior.
Que las leyes sean un ejercicio sociológico y no un truco de la informática.
DE BUENA FUENTE: Del 14 al 16 de noviembre tendremos un debate jurídico de alto nivel gracias a las diligencias del notario Jorge Careaga Pérez, quien traerá a Nayarit el XVII Congreso de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos, la ANAD por sus siglas.
Se analizarán con expertos las reformas petrolera y judicial, y además se verificará el “Encuentro Internacional sobre los derechos de los Trabajadores Migrantes” con ponentes de Cuba, Nicaragua, Guatemala y México. La sede será el Auditorio de la Facultad de Derecho de la UAN.
Nos leemos mañana martes.
Muchos nayaritas deben pensar que un documento de este tipo requiere de un esfuerzo monumental. Nada de eso. Gracias a la magia del programa Windows (recortar, copiar y pegar) redactar una iniciativa de Ley no debe llevar más allá de un par de horas.
En Nayarit los expertos en legislación local crearon escuela plagiando una gran cantidad de leyes de otros estados. Tomaban un archivo y sustituían el nombre de la entidad federativa por el de la nuestra. Legislar dejó de ser un proceso dialéctico para convertirse en un simple proceso mecánico.
Las “iniciativas en estudio” –eufemismo para nombrar a la congeladora legislativa- son muchas. Pueden pasar años ahí sin problema, debido a que nunca fueron producto de un movimiento social o de una auscultación popular previa. En la calle nadie reclama su aprobación con urgencia.
El 4 de noviembre el diputado Julio Mondragón presentó una iniciativa con proyecto de Ley para regular el funcionamiento de las casas de empeño. En Tabasco, en Coahuila, en Chiapas –cuando menos- existe una normatividad similar. El tema parece atractivo. Pero conviene saber que lo menos importante de una ley es su contenido final.
La redacción de una iniciativa es la parte final de un proceso, no el inicio.
De nada sirve que este documento sea un poema jurídico si el diputado Mondragón y sus pares no realizaron la fase sociológica que debe gestarse antes de la presentación de la iniciativa. Es decir, si los destinatarios de este proyecto de ley no lo sienten suyo, no lo ven como la respuesta ideal a un sentido problema, será un ordenamiento más condenado a la ineficacia y al olvido.
El estilo nayarita de hacer leyes ya demostró su histórica ineficacia. Es momento de inaugurar una nueva etapa en la que el “copy and paste” no constituya el eje fundamental de la producción legislativa. Hay que ensayar un nuevo modelo en el que el diálogo previo con las partes constituya el insumo fundamental de cualquier iniciativa de ley.
La presentación de una iniciativa no debe caer por sorpresa. Debe ser una noticia anunciada. Los medios –o al menos los interesados- deben haber participado en un debate ordenado y anterior.
Que las leyes sean un ejercicio sociológico y no un truco de la informática.
DE BUENA FUENTE: Del 14 al 16 de noviembre tendremos un debate jurídico de alto nivel gracias a las diligencias del notario Jorge Careaga Pérez, quien traerá a Nayarit el XVII Congreso de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos, la ANAD por sus siglas.
Se analizarán con expertos las reformas petrolera y judicial, y además se verificará el “Encuentro Internacional sobre los derechos de los Trabajadores Migrantes” con ponentes de Cuba, Nicaragua, Guatemala y México. La sede será el Auditorio de la Facultad de Derecho de la UAN.
Nos leemos mañana martes.
