lunes, 7 de febrero de 2011

¿Mienten los nayaritas en las encuestas?

O, cómo explicar diferencias de 30 puntos en un mismo tema

La experiencia de las elecciones presidenciales en Colombia, el año pasado, nos muestra el gran reto que es para los encuestadores desentrañar la verdad en mediciones de opinión pública.

A principios de mayo del 2010, el candidato verde Antanas Mockus iba a la cabeza en todas las encuestas. Tras un arranque lento, le daban algunos puntos por encima del candidato oficialista Juan Manuel Santos.

Por esos días Mockus le metió agresividad a su discurso de campaña. Decía que su objetivo era ahora ganar en primera vuelta, es decir, en obtener más del 50 por ciento de los sufragios para evitar ir a una segunda ronda electoral.

Algunas mediciones, incluso, le daban a Mockus más de un 50 por ciento de la intención del voto, como la del Centro Nacional de Consultoría del 29 de abril (53%) y la de Datexco del 7 de mayo (52%).

¡OH SORPRESA!

El 30 de mayo los colombianos se sorprendieron con el resultado electoral: Perdió Mockus con 25 puntos de diferencia. En la segunda vuelta electoral (obligada porque ningún contendiente logró la mitad más uno de los votos) del 20 de junio se confirmó la derrota del Partido Verde, con el 27% de los sufragios contra un avasallante 69% del candidato oficialista.

Las encuestadoras colombianas aceptaron su gran derrota. Ninguna fue capaz de hacer un vaticinio correcto. La explicación más socorrida fue que la fuerte estructura de beneficiarios de programas oficiales fue adiestrada para mentirle a quienes –cara a cara o vía telefónica- les preguntaban por su preferencia electoral.

Es decir, muchos simpatizantes del oficialismo inflaron artificialmente a Mockus. Nadie fue capaz de detectar la estrategia en su contra.

¿NAYARITAS MENTIROSOS?

En entidades como Nayarit, en la que una gran cantidad de familias depende directa (burócratas) o indirectamente (proveedores) del erario, es creíble pensar que en las encuestas recientes muchos mienten por comodidad o por temor.

Por ejemplo, existen 2 mediciones distintas que con menos de 2 meses y medio de diferencia reflejan algo difícil de creer: una diferencia de 30 puntos en un mismo tema.

El 23 de septiembre El Universal difundió el resultado de 600 entrevistas telefónicas: los nayaritas aprueban con 46 puntos la gestión del gobernador Ney González (http://www.eluniversal.com.mx/graficos/pdf10/gober_encuesta2.pdf). En contraste, el 14 de diciembre Consulta Mitofsky da a conocer que el 76 por ciento aprueba la manera de gobernar de Ney (http://72.52.156.225/Estudio.aspx?Estudio=evagob-nay) tras auscultar a 1000 ciudadanos de Nayarit en sus viviendas particulares. ¡Plop!

¿Quién miente entonces? ¿Los que respondieron cara a cara a los encuestadores de Roy Campos, o los que contestaron a las preguntas de El Universal en su teléfono? ¿Ambas encuestas son válidas? ¿Mejoró impresionantemente Ney su calificación en poco más de 2 meses? ¿Es más difícil mentir viéndole los ojos a quien aplica el cuestionario?

En enero de este año circuló una encuesta de intención del voto que posiciona al PRI en nuestro estado con 43 por ciento de la preferencia de los votantes, muy por arriba de las simpatías que tienen el PRD con 17 por ciento y el PAN con 11 por ciento. Ignoro que tan engañosa pueda ser esta radiografía de Berumen y asociados, basada en 800 entrevistas cara a cara en el domicilio de los entrevistados, misma metodología que aplicó Consulta Mitosky.

El PRI está operando el 2011 precisamente en la lógica de su voto duro. Es decir, confiando en que la lealtad de los priístas –aparentemente documentada en encuestas- se manifestará sin contratiempos el 3 de julio en las urnas. No consideran que muy probablemente el fenómeno de la inseguridad y su engendro, la contracción en las ventas, está nutriendo el apetito de los nayaritas por la alternancia, aunque no lo confiesen a los encuestadores.

Los trascendidos en Juárez y Nueva Galicia hablan de que se está gestando el rupestre esquema del reparto de candidaturas entre grupos, lo cual llevará a éstos a promover –como pasó en 2005 y 2008- a elementos francamente nefastos.

El 4 de julio nos desayunaremos sabiendo ya si los nayaritas, como los colombianos, también suelen mentirle a los encuestadores. Y también si el PRI acertó o erró parcelando entre sus corrientes las candidaturas en juego.

DE BUENA FUENTE: Dicen que en el tema –que no fue tema, en verdad- de los espectaculares dañados con pintura por vándalos, todo apunta a una maniobra deliberada… del dueño de la publicidad, quien ya tenía listos nuevos viniles con nueva propaganda. Un autogol fallido, pues.