Ney González buscará en el 2012, repetir la hazaña que sólo el doctor Julián Gascón Mercado y don Emilio M: González han realizado: Volver a un cargo de elección popular después de haber sido gobernadores. Los demás o no quisieron, o no pudieron –como Celso Delgado en 2006-.
Sin embargo, su meta tiene un par de trabas difíciles de sortear. Primero, tendría que desbancar al diputado Manuel Cota, cuyo nombre provoca consensos inmediatos dentro del PRI, por su actitud conciliatoria desde el 2002, año en que dirigió el Congreso local, convirtiéndose en una bisagra que armonizó los intereses de las diversas corrientes priístas. Hoy, es de los pocos políticos con derecho de picaporte en todos los grupos locales.
Y no hay que olvidar que Cota cuenta con el espaldarazo político del gobernador Roberto Sandoval, quien seguramente tendrá mucho que ver en el palomeo de los candidatos del PRI en el 2012. Cuando vino en calidad de bombero a dirigir al PRI en plena campaña, el hoy gobernador así lo explicó: “Traje a Cota porque no es cuadro mío, sino de todos”.
El otro factor que amenaza las posibilidades de Ney de ser candidato es la posibilidad real de que por el PAN contiendan dos mujeres, ambas diputadas federales por mayoría, ambas taquilleras: Martha Elena García e Ivideliza Reyes, una dupla atractiva que pondría en aprietos al PRI.
DESBANDADA EN LA OLA ROJA
Hay que entender que el Ney 2012 no es el Ney 2008. Es decir, atrás quedaron ya las encuestas donde la calificación a su gestión andaba arriba de los 80 puntos, e incluso por momentos llegó a rascar los 90 de aprobación. Propios y extraños coinciden en que pese al surgimiento de temas incómodos respecto de su sexenio, Ney insiste en mantener un status suicida de autismo. No aclara, no matiza, y –lo peor- no concilia.
Pese a tener tiempo de sobra, la agenda de Ney se percibe lúdica, distante de los nayaritas, incluso frívola. Viajes, cine, conciertos y actividad familiar. Pero lejos de los votantes.
Refugiado en su espléndida propiedad de avenida Puerta de Hierro 5225 en Zapopan, Ney intenta mantener vigente –con mensajes de texto y virtuales- a su grupo de fidelizados, conocido como la Ola Roja, o… lo que queda de ella. Sin embargo, no ha hecho un solo esfuerzo para congraciarse con otras corrientes políticas. En síntesis: Ha perdido ya a buena parte de su ejército, sin sumar a nuevos adeptos.
Si Ney logra reactivar su capacidad de negociación con la jerarquía priísta, quizá pueda desbancar a Manuel Cota de la boleta electoral; lo que seguiría entonces es un escenario previsible: el del “todos unidos contra Ney”, el del deseo de revancha de muchos que se expresaría como votos a favor del PAN o del PRD.
Ney como candidato al Senado es una apuesta riesgosa pero factible. Y el exgobernador está trabajando en hacerla realidad, aunque tenga muchos factores en contra.
DE BUENA FUENTE: Insiste Manuel Narváez en autopromoverse buscando la candidatura del PRI para el primer distrito electoral federal en el 2012. La tendrá difícil por el factor de cuotas de poder que seguramente hará que la CNC se quede con la candidatura a diputado a favor del rosamoradense Juan Manuel Rocha Piedra.
Mientras el tema de la deuda pública siga flotando en el ambiente local, Narváez se mantendrá en el status de “aspirante incómodo” para el PRI. Si por esa razón cayó Humberto Moreira de la dirigencia nacional, es obvio que el deudópata exlíder de la 29 Legislatura igualmente será vetado.
Muchos de los dolores de cabeza que hoy aquejan al gabinete de Roberto Sandoval se originaron en la permisividad con la que operó Narváez en el Congreso local, repartiendo estipendios a otros diputados para que las solicitudes de préstamos del Poder Ejecutivo prosperaran sin trabas.
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