martes, 9 de diciembre de 2008


Los “otros” migrantes nayaritas

La primera vez que escuché a alguien hablar de la meritocracia, fue a Porfirio Muñoz Ledo. Se refería a los rigores que marcaban el reclutamiento y promoción de los jóvenes en el viejo sistema político mexicano. Los puestos se ganaban tras un proceso no expedito de adopción de reglas (escritas y no escritas). Claro había sus excepciones. A nivel local, Cruz Torres Pérez fue diputado local en los setenta por razones fortuitas.
Pero la regla era simple. Había que prepararse, dedicarle tiempo “al partido”, e ir escalando. Nadie llegaba a la cima rápido. “La política es carrera de resistencia, no de velocidad”, decían los viejos. Tampoco llegaban los mejores. El sistema tenía certidumbre; tarde o temprano, pero la gente subía un escalóncito. Tenía sus prohibiciones también: no se valía apelar. Nadie podía argumentar en su favor derechos escalafonarios contra una decisión que favoreciera a otro.
Hoy esas reglas no existen más. Los equipos de campaña se insertan a las nóminas burocráticas y ya. La adhesión a tiempo a un proyecto político es la vía para obtener un cargo público… si es que gana ese candidato.

ESTUDIAR, ¿PARA QUÉ?
Muchos de los ajenos a las campañas políticas del 2005 y del 2008 siguen hoy ajenos a las estructuras administrativas. Es increíble, pero hay nayaritas con doctorados en el extranjero (no en física nuclear, ni en robótica, sino en temas del poder público) que trabajan para el Gobierno… Federal, como Joel Salas Suárez, doctor en Sociología Política por la Universidad de París, o Elfego Mayorquín Carrillo, doctor en ciencias políticas, quien trabaja para el Ayuntamiento, pero de… Madrid.
En cambio, muchos gobiernos municipales y dependencias estatales de Nayarit no tienen mayor política de reclutamiento que pasar lista a los que talachearon en campaña.
Vale la pena, en cambio, reconocer los esfuerzos del Poder Judicial y de la UAN por cazar talentos. Son las únicas instancias públicas que ha abierto sus puertas para aquellos profesionistas locales que han ido a prepararse fuera de México.
Me pareció un acierto el nombramiento que le dio el gobernador Ney González a Rocío Flores –quien finalmente obtuvo el sábado pasado su grado de maestría- como subprocuradora en septiembre del 2005. Ella se encontraba estudiando un posgrado en España cuando aceptó regresar. Pero fue una excepción que confirmó la regla.
Quizá por ver tanto talento nayarita desperdigado por el mundo, la Presidenta de la A.C. Echémonos la Mano, Mara Flores de Lozano –esposa del diputado José Luis Lozano-, convoca en diciembre a un encuentro de paisanos que han tenido crecimiento profesional exitoso fuera de nuestro estado, para intercambiar experiencias. Por ello solicita en la red que “denunciemos” casos como los que mencioné.
Es peligroso que se siente un precedente. Que los jóvenes profesionistas crean que vale más pegar calcomanías o repartir volantes en una campaña, que cursar un posgrado. Pero la triste realidad les dicta que esa es la regla vigente.
Son los otros migrantes nayaritas; con blasones académicos, pero fuera de su tierra.
Se acabó la meritocracia, pues.

DE BUENA FUENTE
: Un par de clicks y la información que algunos amarillistas dicen no ver aparece –completísima- en la red, gracias a las Leyes de Transparencia. Al 30 de septiembre del 2008 la deuda pública de Nayarit (estado, municipios y organismos) era de 1,319.5 millones de pesos contratada a un 9.6 por ciento de tasa nominal, tasa equivalente al promedio nacional. Mañana más datos.

Nos leemos mañana.