- Morbo
y dudas por la nueva Delegada de Gobernación
- ¿Silvia
Cortés llega por recomendación de Ney González?
- Su
nombramiento genera confusión: ¿Amnistía al neycismo?
- Los diputados federales del PRI se quedan con pin de oro e Ipad
Los
vacíos siempre se llenan; cuando no con información veraz, con suspicaces conjeturas.
Antier lo comprobamos una vez más. La designación de la nueva delegada de la
Secretaría de Gobernación dio pie a la especulación mayúscula de los nayaritas
interesados en los temas públicos.
El
cambio se conoció a través de canales no institucionales. Llegó a las redes
sociales vía un pequeño portal informativo. Esto bastó para la primer
elucubración del día. Los silencios oficiales se decodifican –usualmente- como
ausencia de beneplácito para el ungido.
Después
vino lo demás; la percepción generalizada de que Silvia Cortés Valdivia, la funcionaria que representa a la SEGOB en
Nayarit ahora, es una cuota de poder de la administración federal a la Ola Roja
de Ney González.
Pronto
circularon las fotografías de su pasado recientísimo. En la mayoría de ellas
figura con los íconos de la corriente neycista. Un par de llamadas y la
radiografía se revela diáfana: “Claro que es o era una de las damas que
encabezaban a la Ola Roja”, aclaran vía celular los enterados.
Y
la confusión se generalizó. Unos leyeron en esta designación una reconciliación
entre el grupo del exgobernador y el actual mandatario Roberto Sandoval. Otros más, intuyeron que fue una astuta jugada de
Ney, pidiéndole el favor a un
excolega que, al igual que él, también gobernó su estado del 2005 al 2011: el
hidalguense Miguel Ángel Osorio Chong,
actual Secretario de Gobernación.
Otros
cuantos son de la idea de que se trató de un favor de Roberto a su antigua compañera de Legislatura, no sin antes hacerla
abjurar de su neycismo, más o menos al estilo de Manuel Narváez, quién públicamente se deslindó de su expatrón, como
prerrequisito para subirse al barco sandovalista.
Lo
cierto es que el vacío de información genera confusión, lo cuál no es tan malo,
sino que ésta –a su vez- puede engendrar desencanto.
Y
es así como una serie de sucesos pueden dar lugar precisamente a una percepción
que no quiere el gobernador Roberto
Sandoval: la de la vigencia de la impunidad.
El
Ejecutivo lleva ya casi un mes con acciones –bien operadas por el contralor Roy Rubio- para restaurar la idea de
legalidad en el ámbito gubernamental. La gente espera que se haga justicia no
solamente contra los clonadores de permisos de taxis, sino también contra los
indiciados que malversaron muchos millones de pesos en el sexenio anterior, y
designaciones tramitadas bajo un ambiente de confusión –como el de Silvia Cortés- sólo dan pie a que el
entusiasmo que inyecta el mandatario, se esfume ante el esbozo de una aparente
amnistía que implicaría borrón y cuenta nueva.
Si
“gobernar es comunicar” como decía Confucio, entonces habrá que uniformar
acciones y discurso para que prevalezca la idea de cero tolerancia que a nivel retórico
es la bandera coyuntural de Roberto
Sandoval.
Enviar
señales encontradas nunca ha sido conveniente, pues hasta los fidelizados se
desencantan tarde que temprano.
El
tema de la nueva delegada de SEGOB solamente reavivó la gran duda que
flota en el ambiente local, respecto al tratamiento que tendrán los neycistas
finalmente: ¿Amnistía o Justicia?
Finalmente,
esa dicotomía de posibilidades, también se presenta en el otro tema, el
de los permisos clonados en la Dirección de Tránsito, y por lo pronto un
analista político local ya ha dejado entrever que la indefinición que se
percibe tiene que ver con una confrontación de un ala del gabinete con otra
(¿Intereses creados por encima de intereses legítimos?), lo cuál ciertamente no
son buenas noticias ni para el gobernador, ni para los ciudadanos.
DE BUENA FUENTE: Y nada dijeron los diputados
federales priístas de Nayarit sobre el destino que le darán al famoso pin de
oro y a la Ipad entregada en préstamo.
Seguramente
en un futuro este tipo de detalles les traerá consecuencias negativas, pues
quien marcó la pauta a seguir fue Rodrigo
González Barrios del PRD, quien con su gesto altruista vio subir sus bonos.
Claramente
la falta de asesoría y reacción adecuadas marcarán la diferencia entre ellos y
otros personajes del priísmo, sobre todo en el caso de Roy Gómez, quien mantiene un esquema de trabajo muy tradicional,
muy ortodoxo, y claramente se percibe que le falta “chispa” para proyectarse de
mejor forma.
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@ehq