jueves, 21 de enero de 2010

¿Qué hacer frente a una posible coalición opositora?

El anuncio de las alianzas PAN-PRD en 3 elecciones estatales este 2010 es una variable que ya debe estar procesándose en las agendas nayaritas.
Principalmente el PRI debe incorporar esta posibilidad en la prospectiva hacia el 2011, cuando los nayaritas elijamos al sucesor de Ney González. Queda claro que lo peor que puede hacer en estos momentos José Luis Dónjuan al frente del PRI es mantener el mismo estilo en discurso y acciones, es decir, el autismo que caracterizó a la política interna hasta antes el triunfo de Martha Elena García con el PRD hace 6 meses.
El PRD inició 2010 con una enjundia no prevista por el mundo político local. Su apuesta es clara. Ir conquistando el voto antipriísta, al estilo del 99. Creo que en sus vaticinios futuros calculan algunas escisiones dentro del partido tricolor. De ahí que el tono de su campaña sea rudo, pues si algo sabe hacer un simpatizante dolido es sumarse a la crítica feroz contra sus exdirigentes partidistas y, obvio, contra el candidato favorecido.
La dupla Dónjuan-Jorge Lepe -delegado del PRI- no tuvo la eficacia suficiente para operar los acuerdos de unidad en 2009. Las 2 derrotas electorales en los distritos de Tepic y el sur de Nayarit básicamente se originaron en las diferencias internas.

RECALIBRAR POLÍTICAS Y GABINETE
Si en las elecciones intermedias federales del año pasado el PRI no pudo evitar las contracampañas, en 2011 será un punto menos que imposible.
Por ello es interesante calcular la fortaleza que podría tener una coalición PAN-PRD en 2011. De acuerdo a los datos de las elecciones locales de 2008, el PRI tuvo 14 mil votos más que los sufragios sumados de ambos partidos. De suerte que si consideramos las adivinables rupturas que seguramente experimentará el tricolor, estaríamos hablando de una paridad teórica. Difícil escenario, eh.
Ahora bien, si la dirigencia formal y los líderes de las corrientes poco podrán hacer para modificar el entorno, las autoridades municipales y sobre todo las estatales, tienen la gran posibilidad de incidir eficazmente en el escenario político del 2011.
Los asesores de Ney y de los alcaldes del PRI, deben asumir que es necesario potenciar los efectos de las políticas públicas y minimizar los márgenes de error, ante la variable de una alianza opositora.
Se antoja necesario, por ejemplo, incorporar políticas específicas de austeridad, reorientar algunos gastos y replicar decisiones como la que llevó a Oscar Herrera a la Procuraduría, misma que ya produjo el primer reconocimiento de Guadalupe Acosta Naranjo a un funcionario de Ney.
Entre menos banderas le proporcionen las autoridades a los operadores del PAN y PRD más le facilitarán al PRI mantenerse en la gubernatura en 2011.
Ahora que si la alianza opositora no fragua, el triunfo del PRI será pan comido. Sólo cuestión de tiempo.
Por lo pronto, lo dable es trabajar en la variable previsora de que sí va a haber coalición. Y en esa perspectiva es necesario recalibrar políticas y perfiles dentro del gabinete.

DE BUENA FUENTE: “Regresan rescatistas de Nayarit tras haber rescatado a personas en Haití”, tituló su nota el gran diario de México. Hasta al mejor editor se le va un pleonasmo.