lunes, 27 de mayo de 2013

¿Algún día aprenderemos los nayaritas a dialogar?


  • Años de autismo entre sociedad y gobierno son causa de tantos “gritos y sombrerazos”
  • Los conflictos SNTE-SEPEN y SUTSEM-Ayuntamientos, nuestras cartas de presentación
  • Sufrimos un déficit tremendo de operadores políticos
  • Nayaritas en Wembley, atestiguaron el triunfo del Bayern Munich

Justo ahora que está de moda la estrategia de diálogo y acuerdos a nivel nacional (el famoso “Pacto por México” respaldado por PRI, PAN y PRD), me da pena que la histórica inercia de los nayaritas siga imponiéndose en el ámbito local: recurrir a los “gritos y sombrerazos” como fórmula única cuando un problema salta a la esfera pública.
Curiosamente el 23 de mayo se celebró –de manera muy deslucida, por cierto- el centenario del natalicio de don Emilio M. González, un ícono del estilo socrático para destrabar líos. De él, vía twitter, su hijo Ney González dijo con razón: “Sus armas: la tolerancia extrema, el diálogo con único recurso”.
Sin embargo, lo que hoy vemos con pena, es un homenaje a los antivalores de la política. Redes sociales y medios retratan cotidianos ambientes de confronta, ya en el PRI, ya en el PRD, ya en el PAN, ya en las demarcaciones municipales, ya al interior de los poderes.
Son pocos, en realidad muy pocos, los operadores políticos que le apuestan al diálogo civilizado para resolver problemas de convivencia social. Me vienen a la mente Pepe Espinoza, Secretario General de Gobierno, el senador Manuel Cota y recientemente el Fiscal Edgar Veytia, y ya. No hay más.
Hace poco,

ROBERTO Y SUS MENSAJES DE CONCILIACIÓN
En casi todos los temas recientes del dominio público los actores reaccionaron al “nayarita style”, descalificando al interlocutor, deslegitimando sus motivos, o como en El Son de la Negra, diciendo que sí, sin decir cuándo.
Los conflictos de más larga data (SUTSEM-Ayuntamientos y Sección 20 del SNTE-SEPEN) son nuestra carta de presentación al exterior, pues hay que entender que ese tipo de noticias circulan más y mejor que las notas positivas de una región.
Apenas el 5 de abril el gobernador Roberto Sandoval envió un agradable mensaje de conciliación al estar presente en el cumpleaños del profesor Liberato Montenegro. Es inconcebible que pese a este dato, ni la dirigencia de la sección 20, ni los altos funcionarios de SEPEN, hayan solventado los desacuerdos que llevan ya meses alimentando noticieros y redes sociales. Un problema de ese tipo, para efectos de imagen gubernamental, debe resolverse en días, no en semanas, mucho menos en meses y años.
Igual buena voluntad mostró el gobernador al rectificar en la titularidad de SEDECO, al sustituir al cuestionadísimo Manuel Narváez por el aplaudido José Luis Naya, tras 43 días de críticas.

LOS DEBUTANTES: MALOS OPERADORES POLÍTICOS
A esos asuntos de la agenda coyuntural, hay que sumarle los otros frentes abiertos, como el de los docentes de tele prepas, por ejemplo, o el de los colonos del fraccionamiento Valle Dorado contra la instalación de una asfaltadora propiedad de Mónica Saldaña, Secretaria General del PRI Nayarit.
Lo peor del asunto es que el mal ejemplo cunde, y ninguno de los políticos debutantes ha optado por la churchilliana estrategia de tender puentes; ahí está el caso del futurista diputado federal Roy Gómez, entregado en cuerpo y alma a visitar electores, o de mi amigo Alejandro Galván, quien en el lío entre burócratas sindicalizados y ediles ha tomado parte a favor del SUTSEM, desdeñando la posibilidad de ser un buen mediador.
Y ni qué decir de Juan Carlos Ríos Lara, presidente del PRI, quien no ha aportado nada novedoso a ese cargo, al que llegó precedido de buena fama, pero que se ha autolimitado a ser un simple operador electoral.
No pocos creemos que varios integrantes del gabinete de Roberto Sandoval –y de sus aliados políticos como Roy Gómez- están fatigados, extraviados o de plano agobiados. Y eso se nota, pues con acciones y omisiones están configurando un Nayarit donde la divisa es el antagonismo, y –por ende- los conflictos se vuelven, aparentemente, eternos.

DE BUENA FUENTE: Más allá de rumores malsanos, los nayaritas que sí estuvieron en el estadio Wembley en Londres este sábado viendo la final de la Champions League entre el poderoso Bayern Munich y el sorprendente Borussia Dortmund, fueron Octavio Altamirano Monroy y su hijo homónimo.
Los empresarios de la diversión nocturna divulgaron sus fotos en la capital inglesa vía redes sociales. Aparte de ellos, no se supo de otros paisanos atentos a este evento futbolero de primer nivel, pues tampoco estuvo presente un gran aficionado al balompié y residente en ese país, el politólogo Emilio M. González Valdez, quien usualmente no se pierde este tipo de eventos.

Twitter: @ehq