jueves, 26 de mayo de 2011

Un PRI, dos olas

El 3 de julio, aproximadamente 410 mil votantes nayaritas acudirán a las urnas. En las boletas verán los rostros de un PRI metamorfoseado. Casi sin candidatos emanados de los sectores, con poquísimos (¿o ninguno?) recomendados de Raúl Mejía, uno que otro elemento de la corriente magisterial, varios integrantes de la Ola Blanca –la de Roberto Sandoval- y muchos, bastantes, abanderados de la Ola Roja.

En el nuevo PRI se han amalgamado dos corrientes internas bajo una propuesta para cogobernar. Roberto en el Poder Ejecutivo, aparentemente sin posiciones administrativas que compartir con otras expresiones de su partido. Dícese que hace algunas semanas, cuando Humberto Moreira intentaba cincelar una candidatura de unidad, le estaba acotando a Sandoval su margen de actuación a solamente 5 secretarías del gabinete, mientras negociaba las demás con los senadores con licencia.

ENTRE MENOS BURROS…

Este martes, Manuel Cota hizo el papel que le correspondía realizar a Griselda Esparza al frente del PRI: Registrar candidatos básicamente provenientes de la Ola Roja. Da la impresión de que poco pudo hacer para generar equilibrios.

Se revivió y mejoró el esquema concebido en enero por Ney González, en su rol de mandamás de la Ola Roja, para quedarse con una tajada del pastel que le permitiera dominar la 30 Legislatura, y por tanto, hablarse de tú con quien lo suceda en la gubernatura, ya Roberto, ya alguien más…

A final de cuentas, en el cuartel de campaña del candidato a gobernador seguramente se procesó con buenos ojos la idea de un reparto bipartita; es más fácil ponerse de acuerdo con uno que con 3, además de que toca de a más dividiendo entre dos que entre 4.

Así, la apuesta para el 3 de julio es arriesgada: dos olas van por todo dentro del PRI, y el juego de señales que envían a Raúl Mejía y a Gerardo Montenegro es claro: No los necesitamos.

Evidentemente –como telón de fondo- hay que contar con la decisión del PRD de no coaligarse con el PAN, hecho que posibilitó esta arriesgada apuesta de los nuevos jerarcas del PRI. Es por ello que la tradicional “operación cicatriz” no se esté viendo, pese al perfil conciliador de Manuel Cota. Basta con los neycistas y los robertistas para que el PRI gane.

Seguramente mañana viernes se confirmará este reparto bipartita cuando el PRI registre la lista de 12 candidatos a diputados mediante el principio de representación proporcional. Seguramente la señora Sharo Mejía aparecerá en la posición 1. Y las posiciones 2, 3 y 4 serán para el partido Nueva Alianza y el partido Verde.

Ya veremos si las estampidas de los inconformes y la adivinable contracampaña de no pocos priístas causan el poco efecto que calcula el war room de Roberto. Pero de que es una apuesta arriesgada, la es.

DE BUENA FUENTE: En relación a Omar Reynozo, ¿su pasado lo alcanzará? La verdad es que asusta el nulo contenido de la propuesta política de la Ola Roja –y del PRI- en materia de combate a la corrupción. De hecho, ciertas designaciones constituyen una provocación para que sectores sociales lastimados o indignados hagan sus pesquisas particulares sobre temas candentes en este renglón.