Ayer lunes, temprano, en entrevista con W Radio, César Nava, dirigente nacional del PAN reveló que en cuanto pase el periodo post electoral, se sentará con su homólogo perredista, Jesús Ortega, para definir una posible alianza en el Estado de México para 2011. “El reto ahora es hacer bueno gobiernos y cumplir, analizaremos Nayarit y Estado de México, es una posibilidad viva”, dijo.
A su vez, en Twitter, Jesús Ortega anunció “Estamos considerando alianzas Nayarit, Gro y EdoMex. Estoy contento y satisfecho”. Su revelación circuló rápido por la red.
TODO A FAVOR DE UNA COALICIÓN
Si en el caso de la entidad mexiquense el gran atractivo de aliarse es derrotar a Enrique Peña Nieto, en el caso de Nayarit hay diversas razones que hacen pensar la factibilidad de una coalición PAN-PRD:
1-El electorado local asocia el concepto de alianza con el de triunfo electoral. 2-El peso que tiene esta elección en el futuro político de Guadalupe Acosta Naranjo (aunque no sea candidato a gobernador), de forma tal que no puede darse el lujo de permitir un triunfo del PRI. 3-El triunfo de la corriente política de la diputada Martha Elena García en la elección de la nueva dirigencia del PAN. 4-Una reforma electoral mal operada que dio pie a que PAN y PRD hicieran causa común para tratar de bloquear su aprobación; 5-El buen desempeño histórico que han tenido PAN y PRD en las recientes elecciones locales y federales, al lograr ambos 4 alcaldías y una diputación federal de mayoría. Y 6-El visible resquebrajamiento que tendrá el PRI de aquí al 2011, pues no se vislumbra una candidatura de unidad (como si la hubo en Chihuahua, por ejemplo).
¿QUÉ DEBE HACER EL PRI? ¿QUÉ EL GOBIERNO?
Frente al entorno que se atisba ya, se antoja un plan previsor que rompa con la inercia que empieza a enfadar y a poner nerviosos a muchos priístas de Nayarit, quienes no ven que la designación de Griselda Esparza haya sido la solución a los problemas de división interna, ni tampoco entienden el efecto nocivo que las “Olas” han tenido al liquidar a la tradicional militancia institucionalizada de sectores y movimientos, ni logran descifrar el extraño papel de un Alejandro Galván que irrumpe en el escenario sucesorio aparentemente con recursos ilimitados provocando irritación en aspirantes más consolidados.
Igualmente, en el escenario de una muy posible alianza, hay retos que deben ser asumidos por el gobierno saliente, pues queda claro que el discurso de campaña de los partidos coaligados contra el PRI –sobre todo en Oaxaca y Puebla- fue de crítica constante al gobernador. De ahí que quizá sea tiempo de poner en la mesa temas como el tamaño de la deuda pública estatal y la pertinencia de reducirla, o las obras inconclusas que generaron expectación ciudadana, o pensar en acciones efectistas derivadas de la autocrítica, como sancionar ejemplarmente a algunos servidores públicos que han actuado deshonestamente, o tomar decisiones tajantes en materia de austeridad.
Pese a que estudiar marketing político es una moda sexenal, nos queda claro que si los líderes priístas y los operadores institucionales se siguen centrando en ver y vender los logros del Plan Estatal de Desarrollo como el argumento principal para que en 2011 la gente vote por el PRI, estarán incurriendo en un error de perspectiva.
En una entidad con tantos pendientes históricos acumulados, todas las metas sexenales logradas y rebasadas son apenas paliativos, insuficientes para mitigar en el electorado el apetito por la alternancia, detectado ya en encuestas recientes.
DE BUENA FUENTE: Ya sabíamos que Emilio González Márquez no es ducho en eso de la diplomacia. Pero ayer algunos medios de Puerto Vallarta reprodujeron su interpretación de la alerta lanzada el jueves pasado por el consulado de EU en Guadalajara a los visitantes norteamericanos, con motivo de los hechos de violencia registrados en este distrito consular que incluye a Jalisco, Nayarit y Aguascalientes. Fue “un error de geografía”.
Así lo explicó: “Qué sucede, que el Consulado de Estados Unidos cubre los estados de Jalisco, Michoacán, Colima, Nayarit, Zacatecas y algunos otros más, pero cuando reportan a Washington, lo hacen con el nombre de Guadalajara y cuando ven en el mapa dicen Jalisco y cuando detallan las razones por la alerta que se ha presentado dicen, bueno, ‘tan hay problemas que en Nayarit suspendieron las clases’, pero resulta que Nayarit no es Jalisco y Puerto Vallarta no está en Nayarit, sino en Jalisco”.
Lo increíble de su declaración es que justo después de hacerla, Emilio viajó a... ¡La Riviera Nayarit! El lugar donde el mandatario jaliciense tiene su residencia, ahí en Punta Pelícanos en La Cruz de Huanacaxtle. Muchos -por no decir que todos- fines de semanas, ahí los disfruta, en completa calma y tranquilidad.