lunes, 22 de julio de 2013

¿Estamos listos para ganar plebiscitos y referéndums?



·       En septiembre la participación ciudadana será una realidad en Nayarit
·       Recientemente las posturas de la autoridad han sido reprobadas en redes sociales
·       La gestión de presencia gubernamental en la web 2.0 es muy deficiente
·       La legislación en desarrollo urbano en Nayarit: zona de desastre

A más tardar en un par de meses estarán publicados los reglamentos de la Ley de Participación Ciudadana que permitirán que la sociedad ejerza acciones para validar o reprobar decisiones de la autoridad tanto en materia de nuevas leyes o reformas a ordenamientos vigentes como en proyectos de obras públicas o decisiones que impliquen ejercer el gasto público.
Las autoridades obligadas por la Ley podrán ver limitado su libre albedrío a la hora de firmar iniciativas de ley o decreto, o al momento de decidir alguna obra.
Pueden darse dos supuestos muy interesantes de septiembre en delante: que la presión social obligue –por razones de imagen pública- a las autoridades a promover un referéndum o un plebiscito. O que la sociedad se organice, recabe firmas (la ley exige un 5% de voluntades a favor de quienes integran la lista nominal de electores de una demarcación determinada) y exija a sus gobernantes someter a consulta alguna determinación.

REDES SOCIALES: UNANIMIDADES Y MAYORÍAS INCÓMODAS
Lo cierto es que los casos recientes (Parque de la Dignidad, Lienzo Charro-Centro de Convenciones) mueven a reflexionar sobre las fortalezas institucionales para inducir un resultado pretendido, en caso de una consulta popular.
Para nadie es desconocido que las redes sociales juegan un papel muy importante en influir en la opinión pública y diversos sucesos recientes muestran que ninguna autoridad tiene condiciones óptimas en esta materia.
Al no estar profesionalizada la gestión de la imagen gubernamental en redes sociales, muchos de los operadores oficiosos –quienes actúan con códigos de lealtad política, pero con empirismo descomunal en menesteres 2.0- suelen provocar indeseados efectos boomerang en no pocos asuntos.
Valdría la pena que alcaldes, diputados y funcionarios revisen los ejemplos cercanos de casos de éxito para operar redes sociales, como la Oficina de Visitantes y Convenciones que bien lleva Marc Murphy.
La Ley de Participación Ciudadana, con todos sus defectos de diseño, puede constituir una herramienta popular para reñir con la autoridad; es decir, que las unanimidades y claras mayorías que hoy vemos muchos en los debates en redes sociales se reflejen pronto en consultas populares.

DE BUENA FUENTE: La desgracia del arroyo El Indio en Xalisco mostró las terribles debilidades que en materia de desarrollo urbano afectan a la entidad. La legislación vigente es letra muerta desde hace mucho tiempo y no pocas veces los trámites burocráticos se dificultan deliberadamente por parte de las autoridades para obligar a los desarrolladores a entrar en una fase de componendas al margen de la ley.
Lo cierto es que así como en la legislación del crecimiento urbano, en otras materias reguladas por el gobierno, existe un terrible déficit de reglamentos que convierten en letra muerta muchas leyes vigentes.
De cara al centenario de Nayarit sería bueno que tanto el Poder Ejecutivo como el Congreso del Estado se fijen la meta descomunal de enmendar estas lagunas legales.


Twitter: @ehq