martes, 10 de marzo de 2009


La generación fallida

Justo hace 20 años los conocí. Ellos críticos del gobierno. Yo colaborador en los programas de atención juvenil del sexenio de Celso Delgado, en el recién fundado -24 de febrero del 89- INDEJ. Tenía tiempo escuchando hablar de ellos. Especialmente a un par de amigos míos, Raúl Rosales y Andrés García. Admiradores todos de Juan Francisco Escobedo Delgado, a quien yo deseaba conocer, ser parte de su círculo. La generación de la transición a la democracia.
Un viernes primaveral les ofrecí espacio en el programa de Radio Aztlán que conducíamos Mónica Parra y un servidor, “Voces de Juventud”. Debatiríamos sobre el viejo y nuevo PRI. En aquella esquina Trinidad Espinosa, en ésta Juan Francisco y amigos: Joel Cerón, Lalo Herrera y Pepe Ocampo, si mal no recuerdo. De la subsecretaría general de gobierno –a cargo de Luis Edmundo Flores Santana- llegó la censura. El programa no se transmitió, pero me sentí feliz de haber tenido un gesto de empatía con ese brillante grupo de “jóvenes en espiral”.

DEMOCRATIZAR AL PRI
Pancho Escobedo
vivía en el DF. Era subsecretario en el Comité Ejecutivo Nacional del PRI. Pronto fui invitado a los encuentros con él. De vez en vez recibía correspondencia suya.
En 1990 colaboré en la campaña de Otoniel Pérez Orta para diputado, alguien non grato para los escobedistas. Aún así, seguí participando en las tertulias con éstos. En 1991 acudí solidario a una conferencia de prensa, en Xiecá, en la que Pancho Escobedo y Joel Cerón anunciaban a la sociedad sus intenciones de contender democráticamente en el PRI a los cargos de senador y diputado federal.
El sábado, en Café Intenzzo, hice remembranza de estos hechos con Emiliano Zapata Sandoval. Dos rasgos caracterizaron a este grupo que influyó en nuestras mocedades: El discurso de la transición a la democracia, y el compromiso generacional.
A 2 décadas de distancia veo que hubo demasiada ingenuidad en sus planteamientos. El PRI se democratizó sin beneficiarlos, y el compromiso generacional quedó en nada ante la búsqueda individual de opciones de sobrevivencia.
Yo aprendí que en Nayarit la regla es plegarse a una corriente política. Varios integrantes de esa generación fallida también lo comprobaron.
Los que hace 20 años no eran parte de este grupo de bohemios pensadores, críticos del status quo local, son quienes llegaron a ejercer el poder.
Pancho Escobedo dejó al PRI e hizo exitosa carrera en el ámbito académico. Sus huestes quedaron desperdigadas. Les veo de vez en cuando, en cumpleaños, en velorios, en cafés con otros amigos.
Percibo que mantienen el deseo de conquistar el poder, ya no como generación, sino como parte de otras corrientes políticas. Ojalá que este no sea otro sueño fallido. Lo deseo de todo corazón.

DE BUENA FUENTE: Cinco jueces de primera instancia recién se jubilaron en el Poder Judicial. Alguno de ellos tras 35 años de servicio. Buscaron por todos los medios entrevistarse con su superior. Nunca pudieron verlo. Querían revisar a qué beneficios tendrían derecho. Se fueron por la puerta de atrás. Ni siquiera hubo un acto de despedida o la entrega de un reconocimiento, como se estila en el mundo oficial. Nada.
No hubo bono de despedida tampoco. Se jubilaron con el sueldo base, sin compensaciones. Supongo que tendrán que litigar o impartir cátedra para completar “el chivo”. En la burocracia judicial hay un sentimiento de solidaridad hacia ellos. Esperan que llegue septiembre para ver si en los mismos términos se la dará una eventual despedida a dos magistrados que dejarán el cargo. O bien, están pintando los cartelones “de apoyo” a uno de ellos, quien cavila su reelección por 10 años más.