· El PRI no debe zoquetizar la 31 Legislatura local
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Roberto: En juego, el juicio histórico a su sexenio
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La “candidatitis”, un mal de hoy y siempre
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El joven Gerardo Aguirre ¿al INFONAVIT?
Ha
regalado miles de pesos en productos. Visiblemente destacan calculadoras –para
gente dedicada al comercio- y relojes de pared. Lleva a representantes de
programas sociales a diversas colonias y poblaciones de una región en la que,
intuyo, tiene un claro interés electoral. Anda en los veintitantos de edad. Un
chamaco.
Se
llama Eloy García. En una de las
fotos que publica en redes sociales se lee el que –deduzco- es su cargo:
“Delegado del Distrito III”. Tres veces le pregunté por su cargo. Nunca
contestó. No dudo que en el 2014 lo veamos en las boletas, ya en la elección
interna del PRI, ya en la elección constitucional. Posiblemente llegue a ser diputado
integrante de la 31 Legislatura.
Escudriñé
con microscopio su página personal en Facebook.
No vi una sóla idea atractiva, una sóla propuesta que lo defina
como político. Imposible saber con qué causas simpatiza (salvo las evidentes:
PRI y Roberto Sandoval), o qué
intereses defenderá en caso de que prospere su carrera. Lo de él es regalar
souvenirs, ah y obtener un lucro político como intermediario entre
gobierno y desposeídos.
Es
el estilo de hoy, robinhoodeano.
Hacer política con bisutería institucional, sin padrones de beneficiarios
claros, sin criterios de asignación transparentes. Ellos –los precaristas- todo
reciben, pues poco o nada tienen. Puedo apostar que más de alguna de esas
calculadoras o relojes ya están en las casas de empeño.
Como
él hay muchos, me dicen. Son cuadros emergentes, identificados con el PRI, que
hacen un doble rol: funcionarios públicos de día, y precandidatos a algo
(regidor, diputado, alcalde) por las tardes y fines de semana, aunque no pocas
veces la frontera horaria se vuelve nebulosa, al estilo del presidente estatal
del PRI, Juan Carlos Ríos Lara,
quien no solamente ha dejado atrás –por la vía de hechos- la “sana distancia”
entre partido y gobierno, sino que claramente apuesta por un ente siamés.
Es
a través de ellos –y quizá sólo por medio de ellos- como los carenciados conectan
con el sistema, para recibir beneficios diversos, como lentes, licencias de
manejo con descuento, asesoría jurídica o servicios de salud.
Me
asusta pensar que perfiles como el de estos debutantes vayan a constituir el
grueso de la oferta electoral del PRI en el 2014.
Entiendo
que es normal que el gobernador Roberto
Sandoval busque tener dominio sobre la 31 Legislatura. Pero me parece que
debiera abrir una pausa reflexiva para ir calibrando el juicio histórico
de los nayaritas a su sexenio, es decir, sobre la forma en cómo quiere ser recordado.
El
mandatario dejará el poder en 2017 con 48 años de edad. Y seguramente debe
verse en el espejo de Ney González,
quien a esa misma edad se convirtió en exgobernador, y hoy vive en un
permanente exilio dorado pero exilio a final de cuentas- entre
Guadalajara, el DF, Nuevo Vallarta, La Cruz de Huanacaxtle y San Antonio,
Texas, merced a que dejó de tomarle el pulso a la sociedad nayarita en
el segundo tercio de su sexenio. Sus negativos subieron como la espuma en las
encuestas.
Así
pues, la tendencia a la “candidatitis” que experimentan patológicamente muchos
servidores públicos identificados con el sandovalismo, debe revisarse a la luz
de la prueba del daño. Explicado con manzanas significa que muchos de
los noveles políticos priístas son brillosos, no brillantes, y perjudican más
que ayudar a la imagen pública del sexenio.
Para
Roberto Sandoval es mejor que esos
elementos que hicieron talacha en una, dos o hasta en las tres campañas que él
protagonizó se queden donde están, en sus empleos gubernamentales con el
termostato encendido. Y que solamente en aquellos extraordinarios casos en que
coincidan carisma y capacidad les permita dar el salto a la arena
electoral.
Ojalá
que –parafraseando a Ernesto Acero,
mi compañero de páginas- el PRI no intente “zoquetizar” a su próxima bancada en
el Congreso local. Postular a cuadros leales, abyectos incluso, permite cierta
tranquilidad al gobernante, sin embargo, es también un gran cimiento para que
los nayaritas emitan veredictos adversos, en voz baja durante el presente, y a
grito abierto una vez concluido el sexenio.
Lo
que está en juego es algo más que una Legislatura a modo o incómoda. Se trata
del juicio histórico de los nayaritas al actual sexenio.
DE BUENA FUENTE: Parece que será cosa de días para
que Gerardo Aguirre, Director del
IPROVINAY, sea designado nuevo Delegado de INFONAVIT en Nayarit. Es joven
–tiene 27 años de edad- y es de los mejores elementos del gobernador Roberto Sandoval.
Twitter:
@ehq