viernes, 15 de marzo de 2013

SEXENIO


·      El PRI no debe zoquetizar la 31 Legislatura local
·       Roberto: En juego, el juicio histórico a su sexenio
·       La “candidatitis”, un mal de hoy y siempre
·       El joven Gerardo Aguirre ¿al INFONAVIT?

Ha regalado miles de pesos en productos. Visiblemente destacan calculadoras –para gente dedicada al comercio- y relojes de pared. Lleva a representantes de programas sociales a diversas colonias y poblaciones de una región en la que, intuyo, tiene un claro interés electoral. Anda en los veintitantos de edad. Un chamaco.
Se llama Eloy García. En una de las fotos que publica en redes sociales se lee el que –deduzco- es su cargo: “Delegado del Distrito III”. Tres veces le pregunté por su cargo. Nunca contestó. No dudo que en el 2014 lo veamos en las boletas, ya en la elección interna del PRI, ya en la elección constitucional. Posiblemente llegue a ser diputado integrante de la 31 Legislatura.
Escudriñé con microscopio su página personal en Facebook. No vi una sóla idea atractiva, una sóla propuesta que lo defina como político. Imposible saber con qué causas simpatiza (salvo las evidentes: PRI y Roberto Sandoval), o qué intereses defenderá en caso de que prospere su carrera. Lo de él es regalar souvenirs, ah y obtener un lucro político como intermediario entre gobierno y desposeídos.
Es el estilo de hoy, robinhoodeano. Hacer política con bisutería institucional, sin padrones de beneficiarios claros, sin criterios de asignación transparentes. Ellos –los precaristas- todo reciben, pues poco o nada tienen. Puedo apostar que más de alguna de esas calculadoras o relojes ya están en las casas de empeño.
Como él hay muchos, me dicen. Son cuadros emergentes, identificados con el PRI, que hacen un doble rol: funcionarios públicos de día, y precandidatos a algo (regidor, diputado, alcalde) por las tardes y fines de semana, aunque no pocas veces la frontera horaria se vuelve nebulosa, al estilo del presidente estatal del PRI, Juan Carlos Ríos Lara, quien no solamente ha dejado atrás –por la vía de hechos- la “sana distancia” entre partido y gobierno, sino que claramente apuesta por un ente siamés.
Es a través de ellos –y quizá sólo por medio de ellos- como los carenciados conectan con el sistema, para recibir beneficios diversos, como lentes, licencias de manejo con descuento, asesoría jurídica o servicios de salud.
Me asusta pensar que perfiles como el de estos debutantes vayan a constituir el grueso de la oferta electoral del PRI en el 2014.
Entiendo que es normal que el gobernador Roberto Sandoval busque tener dominio sobre la 31 Legislatura. Pero me parece que debiera abrir una pausa reflexiva para ir calibrando el juicio histórico de los nayaritas a su sexenio, es decir, sobre la forma en cómo quiere ser recordado.
El mandatario dejará el poder en 2017 con 48 años de edad. Y seguramente debe verse en el espejo de Ney González, quien a esa misma edad se convirtió en exgobernador, y hoy vive en un permanente exilio dorado pero exilio a final de cuentas- entre Guadalajara, el DF, Nuevo Vallarta, La Cruz de Huanacaxtle y San Antonio, Texas, merced a que dejó de tomarle el pulso a la sociedad nayarita en el segundo tercio de su sexenio. Sus negativos subieron como la espuma en las encuestas.
Así pues, la tendencia a la “candidatitis” que experimentan patológicamente muchos servidores públicos identificados con el sandovalismo, debe revisarse a la luz de la prueba del daño. Explicado con manzanas significa que muchos de los noveles políticos priístas son brillosos, no brillantes, y perjudican más que ayudar a la imagen pública del sexenio.
Para Roberto Sandoval es mejor que esos elementos que hicieron talacha en una, dos o hasta en las tres campañas que él protagonizó se queden donde están, en sus empleos gubernamentales con el termostato encendido. Y que solamente en aquellos extraordinarios casos en que coincidan carisma y capacidad les permita dar el salto a la arena electoral.
Ojalá que –parafraseando a Ernesto Acero, mi compañero de páginas- el PRI no intente “zoquetizar” a su próxima bancada en el Congreso local. Postular a cuadros leales, abyectos incluso, permite cierta tranquilidad al gobernante, sin embargo, es también un gran cimiento para que los nayaritas emitan veredictos adversos, en voz baja durante el presente, y a grito abierto una vez concluido el sexenio.
Lo que está en juego es algo más que una Legislatura a modo o incómoda. Se trata del juicio histórico de los nayaritas al actual sexenio.


DE BUENA FUENTE: Parece que será cosa de días para que Gerardo Aguirre, Director del IPROVINAY, sea designado nuevo Delegado de INFONAVIT en Nayarit. Es joven –tiene 27 años de edad- y es de los mejores elementos del gobernador Roberto Sandoval.

Twitter: @ehq

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