La autocrítica hecha por el gobernador Ney González a su aparato de seguridad respecto a la poca confianza que le genera la línea de denuncias anónimas 089, debe ser procesada con celeridad y gravedad por sus colaboradores de primer nivel, pues el dato implícito que decodifica la ciudadanía es –en medio de una crisis de percepción de inseguridad- que sus corporaciones están infiltradas.
Hace bien Ney en salir a medios con franqueza, pues queda claro que la gente percibe un entorno en el que pese a diversas acciones institucionales las filas policiales presentan aún vicios que vulneran la confiabilidad.
Seguramente Ney entiende que uno de los códigos sexenales es que a mayor cercanía del fin de su administración habrá cada vez más denuncias informales –y quizá formales- contra servidores públicos que abusaron del poder.
Así, empezará a ser común que muchos ciudadanos que sufrieron los rigores de la ilegalidad –multas ilegales, extorsiones, detenciones arbitrarias- empezarán a soltar su versión de los hechos.
LOS RUMORES DE FIN DE SEXENIO
En estos días, por ejemplo, circularon versiones respecto a la estancia en Tepic de dos de los delincuentes más buscados en México y EU: Edgar Valdez Villarreal y Joaquín Guzmán Loera, en ambos casos, sin mayor problema con las autoridades. Del primero –“la Barbie”- se dijo que convivió un buen rato en uno de los antros de la Avenida Insurgentes de Tepic. Del segundo –“el Chapo”- hubo más trascendidos; que en un restaurant de mariscos, que en una residencia al pie del cerro de San Juan, que en Bahía de Banderas.
De ahí que en ese escenario de mitos y realidades mezcladas por el rumor social sea pertinente la denuncia de Ney González. Empero, la punta de la pinza se cerrará con resultados concretos por parte de su equipo de trabajo. Esto es, que tanto el Procurador, como el Secretario de Seguridad Pública y el Contralor, entreguen a la ciudadanía acciones concretas que validen los señalamientos del gobernador.
No hacer nada o darle largas a la pesquisa obvia que debe tramitarse tras el dicho del mandatario estatal, generará efectos adversos en el mediano plazo.
DE BUENA FUENTE: La madrugada de ayer miércoles un falso retén sirvió
para que malhechores robaran un buen número de unidades en el Km. 54
de la carretera federal 200 Tepic-Puerto Vallarta. Aparentemente se
operó un "control de daños" mediático para evitar una baja de la
afluencia turística de llegarse a socializar el ilícito. Más allá del
mediodía oficialmente no se había informado nada. Sin embargo -signo
de nuestro tiempo- las redes sociales fueron la ventana que socializó
este lamentable hecho. Valdría la pena pensar en reactivar el
operativo Telurio de hace más de una década, para que elementos de la
policía estatal coadyuven con la ineficaz PFP.
Varios de los afectados tuvieron que caminar 12 kilómetros para
interponer su denuncia en Las Varas. En twitter, por la tarde, se
especuló que podrían ser una veintena los autos robados.