miércoles, 7 de diciembre de 2011

Una anécdota de cuando no había austeridad

Primero sirvieron los espléndidos mejillones “Meuniere”, luego el ceviche de camarón, los tacos de jaiba y los tacos Gobernador. El doctor José Ángel Córdova, Secretario de Salud del gabinete calderonista, apuraba los bocados, acompañado del gobernador Ney González y Omar Reynoso, titular del ramo en la entidad. Concluían una gira de trabajo por 3 municipios. Antes habían estado en Tepic y San Blas.

Comían en el restaurant La Laguna en Nuevo Vallarta. ¿Fecha? El 21 de abril del 2009. El funcionario federal veía discretamente su reloj y susurraba algo a un asistente. Antes de que llegaran otras exquisiteces programadas, anunció que se retiraría para alcanzar a abordar el vuelo comercial -pese a su investidura viajaba como cualquier mortal- que lo llevaría de regreso al DF. Tenía aún que trasladarse al aeropuerto de Puerto Vallarta.

La verdad le pesaba dejar el fastuoso banquete en “la catedral de los mariscos”, como se lee en el menú.

Aún faltaban degustar otras viandas. Pescado sarandeado, camarones al coco con salsa de mango o una mariscada soberbia.

EN EL JET DEL “POTRILLO”

Anfitrión sin igual, Ney reaccionó rápido, a su estilo. “No te preocupes Secretario, ahorita consigo que te lleven al DF más al rato, que no importe ya la hora de abordar”, tranquilizó al galeno. Dio indicaciones a uno de sus colaboradores, quien –tras una llamada telefónica- le informó al mandatario que el asunto estaba resuelto: Un avión privado estaría esperando al alto funcionario en el hangar privado del aeropuerto "Gustavo Díaz Ordaz".

Córdova respiró satisfecho, sonrío y en verdad se puso feliz de seguir con la pantagruélica gesta. En el DF difícilmente se podía dar el lujo de un festín de mariscos frescos como el que lo mantenía atareado.

Al estilo de don Emilio, Ney sabía que ese tipo de detalles eran oro molido. Tratar bien a los visitantes es clave en el juego de la gestión intergubernamental. Y los funcionarios del centro del país bien saben que venir a Nayarit es sinónimo de comer mariscos a placer. Había que aprovechar la oportunidad.

Después se supo –trascendidos que se filtran vía personal de logística- que el doctor Córdova voló a la capital del país en un impecable avión privado propiedad del cantante Alejandro Fernández, quien lo renta a terceros a través de una empresa vallartense.

Una hora de vuelo en un jet como el que llevó a Córdoba –en ese entonces- se cotizaba a razón de 80 mil pesos más IVA.

Eran los tiempos en que no había austeridad, pues. Sumados, ese tipo de gastos, significaban millones cada año, durante 6 años.

Muchos personajes de la política nayarita por primera vez en su vida abordaron un jet privado en el sexenio de Ney González.

Por fortuna, ese tipo de gastos ya no los veremos; atinadamente Roberto Sandoval ha dispuesto medidas de austeridad que, propios y extraños, admiten que van en serio.

DE BUENA FUENTE: Uno de los pocos hombres institucionales que suele hacer bien su labor es el presidente de la Comisión de Derechos Humanos, Huicot Rivas, quien ayer rindió su informe de labores frente a los diputados locales. El abogado egresado de la UdeG es de los pocos que entienden conceptos como la lealtad institucional, es decir, que sabe que su mejor aporte a Nayarit es dando resultados, sin necesidad de caer en escenarios de loas o culto al mandatario en turno.

Twitter: @ehq