miércoles, 26 de noviembre de 2008

Amarillismo contra amarillismo

A partir de los sucesos del sábado, en Nayarit se ha abierto un interesante debate en torno al fenómeno de la seguridad pública, con altas dosis tanto de empirismo como de parcialidad.
Me llama la atención la clara naturaleza disímbola de la discusión, en la que se advierten dos posturas encontradas:

A- La postura institucional del Nayarit en paz y trabajando
B- Y la percepción, aparentemente arraigada, de que hay un clima coyuntural de inseguridad

¿Cómo resolver esta contradicción?
Veamos: Existe un clima mediático nacional que hace eco de cualquier noticia relativa a la inseguridad. Frente a esa influencia informativa ninguna estrategia discursiva o de comunicación puede galvanizar a Nayarit contra el resto del país.
Los eslóganes o estribillos que venden la idea de un Nayarit insular, ajeno la dinámica delictiva regional o nacional, estaban condenados a la ineficacia, por la predisposición que generan los noticieros foráneos en las conciencias locales. Hoy más que nunca en las charlas de sobremesa de Acaponeta o de Ixtlán se cita a Carlos Loret, a Javier Alatorre, a Pepe Cárdenas, a Joaquín López Dóriga o a Ciro Gómez.
Bastaba cualquier incidente local para desdibujar fronteras y reinsertar a Nayarit en el concierto republicano, y así generar el fenómeno perceptual que notamos en estos días.

PERCEPCIÓN CONTRA REALIDAD
Ojo: Yo no he sabido que NINGUNA empresa cierre en nuestra entidad; ni tampoco de NINGÚN empresario que haya emigrado a otra ciudad. Domingo, lunes y martes salí a las calles y Tepic me pareció tan plácido y tranquilo como siempre.
Entendámoslo. Lo que comenta la gente es consecuencia de una percepción que tiene su origen en un amarillismo que vende. La percepción no siempre coincide con la realidad, eh.
Ah, pero nada tan difícil como modelar percepciones. Sobre todo porque éstas se rigen por la regla de las dicotomías sin matiz; o todo es negro, o todo es blanco, pero nadie ve grises.
El amarillismo solo se puede combatir con amarillismo. Y los profesionales en marketing gubernamental aconsejan siempre a los Gobiernos evitar producir las llamadas “notas blancas”, es decir, los típicos boletines institucionales que finalmente se convierten en opinión publicada y no en opinión pública (Felipe González dixit).
Al Presidente Felipe Calderón le parió la abuela con el accidente de Mouriño. Pero lejos de salir del atolladero con declaraciones o posturas discursivas –que darían lugar a “notas blancas”-, ha reaccionado talentosamente con hechos de color amarillo tendientes a encarcelar a varios funcionarios de alto nivel involucrados con el narco. Interesante ¿no?
¿Cómo reconstruir la idea del Nayarit en paz y trabajando, frente a los hechos recientes? Con decisiones atractivas que gusten a la gente, que mediáticamente “vendan”, sin discursos, sin informes ni autoelogios. Un poco de acciones con tono amarillo servirán de mucho en estos días. Las “notas blancas” no ayudan.

DE BUENA FUENTE: La experiencia previa como legislador se le nota a Manuel Narváez. La sucesión del OFS salió sin problemas por la buena operación política que hubo detrás, fina, sin protagonismos ni estridencias. Podemos vaticinar un relevo sin problemas en la Comisión Estatal de Derechos Humanos.

Nos leemos mañana.