· Roberto Herrera provoca consensos inmediatos por su
designación como magistrado
· El Pleno del TSJ se oxigenará con criterios
axiológicos
· Un sabio iconoclasta: jamás buscó llegar a la
magistratura
· Antonio Echevarría García invitado por Roberto
Sandoval a la pelea del “Canelo”
Lo conocí
en 1987. Me impartió con erudición la materia de Historia del Derecho. Un
hombre culto, sin duda; pero también un iconoclasta. Siempre ha
desdeñado las conductas políticamente correctas. No es dado al elogio gratuito,
ni tampoco ha buscado cobijo en las nóminas gubernamentales.
Su
propuesta y posterior designación como magistrado detonaron consensos
inmediatos. Si su vida fuera una película, podríamos afirmar que estamos en
presencia de un antihéroe. Por ello fueron cálidos los aplausos de
quienes se enteraron de su llegada a la magistratura, pues saben que jamás
recorrió la ruta meritocrática ortodoxa.
Roberto Arturo Herrera López no es dado a citarse en los cafés,
ni a hacer antesalas con los políticos. Cada que puede deja el saco y la
corbata para vestir de botines, jeans de mezclilla y sombrero. Es normal que no
lo recuerden ni en reuniones de partido, ni en la comitiva de algún candidato.
Su vida
transita entre las incursiones en la zona serrana, los libros, el dominó, el
pókar, el billar y las tertulias con los amigos. Es un excelente anfitrión.
Hace
alguna década y media conocí un detalle habitual en él que lo pinta de cuerpo
entero. Pasaba por un orfanato franciscano en la sierra, y el encargado le
describió las carencias de su alacena. En minutos regresó en su vieja camioneta
Ford con un chivo que calmaría por varios días los reclamos del vientre de los
niños indígenas.
“Cuchillo”,
su singular apodo, es un hombre sensible, pese a la dureza de sus expresiones.
Una de las últimas charlas que con él tuve versó sobre mascotas. Es un
enamorado de los pastor alemán. Sus allegados saben que le lloró por meses a un soberbio can de esta raza que se le extravió durante un trayecto por carretera.
El Pleno
del Tribunal Superior de Justicia se nutrirá con la sapiencia de mi maestro.
Pocos como él entienden que el Derecho debe orientarse a la realización de
valores. Es un iusnaturalista, el último de ellos quizá.
Me agrada
saber que no pocos justiciables podrán verse beneficiados con los criterios
solidarios en las apelaciones que le competa resolver. Y entiendo que muchos
jueves, secretarios y proyectistas tendrán en él una fuente segura de consejos con orientación a la justicia, más allá de la fría legalidad.
Hace
muchos años, en una noche de lluvia y cobijados por el adagio de Albinobi,
conversábamos con su hermano Antonio
Humberto. Y me soltó un innecesario cumplido que me caló hondo: “Enrico, necesitamos que tus genes se
esparzan”. Hoy su exhorto se ha cumplido. Espero que una tarde de estas conozca
a mi pequeña Kiara. Mis genes se han
esparcido, querido maestro.
DE BUENA FUENTE: Invitado por su amigo el gobernador Roberto Sandoval, el Director General del Grupo Álica, Antonio Echevarría García viajó el
jueves pasado a Las Vegas para asistir a la publicitadísima pelea del “Canelo” Álvarez.
En términos políticos,
parece que la alianza entre el mandatario y el grupo echevarrista le es más que
suficiente al régimen para sortear los vendavales usuales en un sexenio.
Fuera de esta sintonía, el
grupo gobernante no registra por el momento ningún otro pacto político con otra
corriente local, situación que le genera un ambiente de comodidad al
mandatario, pues está demostrando que muchos de los grupos que se preciaban de
ser imprescindibles no lo son.
Twitter:
@ehq