PRI: ¿Una campaña de cambio, o de continuidad?
Entre el 2 de agosto y el 3 de septiembre del 2010, encuestadores de la acreditada firma Berúmen y asociados realizaron 600 llamadas telefónicas a hogares nayaritas para medir su opinión sobre 8 asuntos. Una de las preguntas hechas fue la simpatía partidista. El 69% se declaró “independiente”. Altísimo. Increíble. Paradójico, en una entidad gobernada por el PRI.
De hecho, de acuerdo a esta encuesta nacional patrocinada por El Universal, Nayarit está dentro de los 3 estados con mayor alto porcentaje de ciudadanos confesando su apartidismo, solamente debajo de Querétaro (84%) y Morelos (74%). Un estudio de este tipo tiene un nivel de confianza del 95 por ciento.
En ese contexto, el PRI debería llevar a cabo una campaña política parecida a la de un partido opositor, de plano con ese tono. Ya sabemos que en otras encuestas el apetito de alternancia se ha medido en Nayarit y queda por arriba del 60 por ciento.
Hace poco dije que la campaña diseñada por el catalán Xavier Domínguez “Recuperemos Nayarit” me parecía la idónea para que el PRI la lleve a cabo, más allá de pudores, simulaciones y cortesías políticas con el grupo en el poder.
OLA ROJA, POR
En enero y febrero la corriente política del PRI identificada con el gobernador Ney González deslizó un par propuestas ante las cúpulas partidistas: 1-Ir por un gran número de diputaciones y alcaldías; y 2-Mantener los programas sociales de este sexenio en el próximo. Es decir, una apuesta de continuidad que fijaría fronteras muy claras al discurso de los candidatos. Una especie de camisa de fuerza.
De prosperar la visión de
Si una gran mayoría de los electores confiesa ser “independientes” los nombres de los candidatos y sus propuestas deben comunicar de manera creíble la idea del “cambio”. Y es aquí donde aparece el primer error del PRI de cara al 3 de julio, pues en el primer bosquejo de su oferta a los nayaritas contempló ¾ partes –cuando menos- de las candidaturas a personajes que nos comunican la idea del “continuismo”.
De mantenerse este criterio, para el candidato a gobernador del PRI será como cargar un muerto, pues por más que quiera enfatizar un discurso renovador, en el templete los estarán escoltando los cancerberos de la transexenalidad, enviando la contradictoria señal de “continuidad”.
LAS CORRIENTES PRIÍSTAS: POR EL CONGRESO
Sin embargo, el PRI es un partido donde la rigidez de criterios impera. Las reglas no escritas tienen un peso muy superior al credo ciudadano retratado por los encuestadores. Las corrientes irán por su tajada del pastel. Anhelan el poder constitucional para ser contrapeso y cuidar sus parcelas… y sus espaldas. Punto.
En este tipo de coyunturas, quien resulte candidato a gobernador debe reparar que los clanes o tribus del PRI van por lo suyo, por sus diputados. Una mirada a los perfiles de sus propuestas nos muestra la claridad de sus propósitos: cuadros hiper leales y no reyes del carisma. Son capaces de matar por el “jefe”, pero no son máquinas para cosechar votos. Lo defenderán aún a consta de su dignidad, de su propia imagen. Ojo.
Lo vimos en el 99. La famosa entrega de estructuras a Lucas Vallarta por parte de quienes compitieron con él por la nominación a gobernador fue farsa pura. Lo dejaron solo. Lo vimos en 2009 cuando los egoísmos de dos importantes corrientes del PRI le costaron a ese partidos sendas diputaciones federales.
Y lo estamos viendo ahora. Con hechos las corrientes más importantes del PRI demuestran que lo que menos les interesa es si con su ambición y sus cuadros estropean una campaña ganadora.
Si de verdad les interesara darle gusto al elector estarían haciendo trabajo de reclutamiento de los perfiles idóneos para que decodifiquen la idea del cambio, de la renovación, del punto y aparte. Pero no. Ya desde ahorita van por su parcelita en la 30 Legislatura. Como si ya no contaran al 2011. esa impresión me dan. Como si estuviera pensando en el 2017…
DE BUENA FUENTE: Apenas 263 autos nuevos se vendieron en Nayarit en enero, la cifra más baja, por entidad, en todo el país, reveló
