- Años
de autismo entre sociedad y gobierno son causa de tantos “gritos y
sombrerazos”
- Los
conflictos SNTE-SEPEN y SUTSEM-Ayuntamientos, nuestras cartas de
presentación
- Sufrimos
un déficit tremendo de operadores políticos
- Nayaritas
en Wembley, atestiguaron el triunfo del Bayern Munich
Justo ahora que está de
moda la estrategia de diálogo y acuerdos a nivel nacional (el famoso “Pacto por
México” respaldado por PRI, PAN y PRD), me da pena que la histórica inercia de
los nayaritas siga imponiéndose en el ámbito local: recurrir a los “gritos y
sombrerazos” como fórmula única cuando un problema salta a la esfera pública.
Curiosamente el 23 de mayo
se celebró –de manera muy deslucida, por cierto- el centenario del natalicio de
don Emilio M. González, un ícono del
estilo socrático para destrabar líos. De él, vía twitter, su hijo Ney González dijo con razón: “Sus armas: la tolerancia extrema, el
diálogo con único recurso”.
Sin embargo, lo que hoy
vemos con pena, es un homenaje a los antivalores de la política. Redes sociales
y medios retratan cotidianos ambientes de confronta, ya en el PRI, ya en
el PRD, ya en el PAN, ya en las demarcaciones municipales, ya al interior de
los poderes.
Son pocos, en realidad muy
pocos, los operadores políticos que le apuestan al diálogo civilizado para
resolver problemas de convivencia social. Me vienen a la mente Pepe Espinoza, Secretario General de
Gobierno, el senador Manuel Cota y
recientemente el Fiscal Edgar Veytia,
y ya. No hay más.
Hace poco,
ROBERTO Y SUS MENSAJES DE
CONCILIACIÓN
En casi todos los temas
recientes del dominio público los actores reaccionaron al “nayarita style”,
descalificando al interlocutor, deslegitimando sus motivos, o como en El Son de
la Negra, diciendo que sí, sin decir cuándo.
Los conflictos de más larga
data (SUTSEM-Ayuntamientos y Sección 20 del SNTE-SEPEN) son nuestra carta de
presentación al exterior, pues hay que entender que ese tipo de noticias
circulan más y mejor que las notas positivas de una región.
Apenas el 5 de abril el
gobernador Roberto Sandoval envió un
agradable mensaje de conciliación al estar presente en el cumpleaños del
profesor Liberato Montenegro. Es
inconcebible que pese a este dato, ni la dirigencia de la sección 20, ni los
altos funcionarios de SEPEN, hayan solventado los desacuerdos que llevan ya
meses alimentando noticieros y redes sociales. Un problema de ese tipo, para
efectos de imagen gubernamental, debe resolverse en días, no en semanas,
mucho menos en meses y años.
Igual buena voluntad mostró
el gobernador al rectificar en la titularidad de SEDECO, al sustituir al
cuestionadísimo Manuel Narváez por
el aplaudido José Luis Naya, tras 43
días de críticas.
LOS DEBUTANTES: MALOS
OPERADORES POLÍTICOS
A esos asuntos de la agenda
coyuntural, hay que sumarle los otros frentes abiertos, como el de los docentes
de tele prepas, por ejemplo, o el de los colonos del fraccionamiento Valle
Dorado contra la instalación de una asfaltadora propiedad de Mónica Saldaña, Secretaria General del
PRI Nayarit.
Lo peor del asunto es que
el mal ejemplo cunde, y ninguno de los políticos debutantes ha optado por la
churchilliana estrategia de tender puentes; ahí está el caso del futurista diputado
federal Roy Gómez, entregado en
cuerpo y alma a visitar electores, o de mi amigo Alejandro Galván, quien en el lío entre burócratas sindicalizados y
ediles ha tomado parte a favor del SUTSEM, desdeñando la posibilidad de ser un
buen mediador.
Y ni qué decir de Juan Carlos Ríos Lara, presidente del
PRI, quien no ha aportado nada novedoso a ese cargo, al que llegó precedido de
buena fama, pero que se ha autolimitado a ser un simple operador electoral.
No pocos creemos que varios
integrantes del gabinete de Roberto
Sandoval –y de sus aliados políticos como Roy Gómez- están fatigados, extraviados o de plano agobiados. Y eso
se nota, pues con acciones y omisiones están configurando un Nayarit donde la
divisa es el antagonismo, y –por ende- los conflictos se vuelven,
aparentemente, eternos.
DE BUENA FUENTE: Más allá de rumores malsanos, los nayaritas que sí estuvieron en el
estadio Wembley en Londres este sábado viendo la final de la Champions League
entre el poderoso Bayern Munich y el sorprendente Borussia Dortmund, fueron Octavio Altamirano Monroy y su hijo
homónimo.
Los empresarios de la
diversión nocturna divulgaron sus fotos en la capital inglesa vía redes
sociales. Aparte de ellos, no se supo de otros paisanos atentos a este evento
futbolero de primer nivel, pues tampoco estuvo presente un gran aficionado al
balompié y residente en ese país, el politólogo Emilio M. González Valdez, quien usualmente no se pierde este tipo
de eventos.
Twitter:
@ehq