lunes, 24 de enero de 2011

Cuando "muchas gracias" se convierten en "ya basta"

¿Saldos de la cretinización política?


Enero 2011. Quedó atrás el V Informe de Gobierno y su énfasis logrero. La tradición nos dice que los últimos meses de un sexenio son para cosechar manifestaciones de gratitud. Sin embargo vemos otro tipo de expresiones sociales que se salen del esquema de lo deseable: el hartazgo expresado en múltiples “ya basta”. Las redes virtuales como vitrina de esta realidad no presupuestada.

Personajes de nuestra sociedad caracterizados por su excepcional prudencia han salido a la palestra pública para ventilar su inconformidad con la inseguridad y una de sus lacerantes consecuencias: el desaliento económico. El ciclo vital de varios nuevos negocios se interrumpe por cierres prematuros. Y muchas empresas consolidadas experimentan drásticas mermas en sus ingresos.

Uno de los detonantes de esta coyuntura atípica es –paradójicamente- el gabinete, que no ha sabido construir la legitimación social requerida en un cierre sexenal. Algunos analistas, como Héctor Gamboa Soto del Matutino Gráfico, endosan este aparente divorcio ciudadanos-autoridades a la cretinización política. Es decir, a la decisión de Ney González de promover a nuevos cuadros en el PRI y en su administración sin que éstos hayan rendido utilidades sociales y políticas esperadas.

FUNCIONARIOS BISOÑOS, DIPUTADOS GRISES, REGIDORES INOCUOS

Como ícono de esta tendencia está Omar Reynozo, quien pasó de ser un supersecretario de salud, aspirante a la gubernatura, con una estructura diseminada en toda la geografía estatal, a un cuadro “decadente”, “desechable” y “prescindible”, por citar tres adjetivos que ahora le asigna Luis Alcaraz, prestigiado columnista vallartense.

Como él, hay otra docena de casos –por lo menos- de elementos que debutaron en posiciones de primer nivel y que no aportaron absolutamente nada al desarrollo administrativo, ni cincelaron alguna solución legislativa, ni tampoco vertebraron alguna acción municipalista plausible. No resultaron brillantes, ni siquiera brillosos.

Lejos de cumplir con el cometido de refrescar discurso y acciones institucionales –como se deduce que lo calculaba Ney-, se engolosinaron en gozar de las canonjías del poder, desentendiéndose del rol y la misión que debían ejecutar. La “ola roja” bajó sus bonos gracias al mediocre papel de varios de sus alfiles.

Desde hace tiempo el diálogo sociedad-instituciones se ha estado erosionando. Los personajes que en otros tiempos anticipaban y resolvían conflictos, dejaron de gravitar entre la ciudadanía organizada, cuanto y más entre los nayaritas desorganizados.

La agenda en materia de inseguridad ha sido operada con zigzagueos terribles y tremendas deficiencias a la hora de decodificar escenarios. Apenas este sábado 22, Juan Miguel Alcántara Soria, secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad, nos recordó en León que hay “un retraso en los procesos de evaluación y control de confianza a nivel nacional, en especial en los estados de San Luis Potosí, Nayarit, Hidalgo y Quintana”. Y es que los operadores de la agenda legislativa local así redactaron los artículos transitorios de la ley local, justamente para no ser aplicada en este sexenio. Terrible pifia.

Si uno revisa los nombres de quienes procesaron los temas de seguridad pública del 2005 a la fecha, salvo los casos de Fernando Carvajal y Héctor Benítez, podemos asociarlos a los calificativos de: empirismo, inexperiencia, corrupción e indolencia. Así de sencillo.

UN GABINETE DESDIBUJADO

Justo en estos días, los responsables de la política interna debieran estar procesando las manifestaciones de descontento de cúpulas empresariales, de hombres y mujeres de empresa, e incluso de personas solidarias con el dolor de otros.

Me consta que frente a situaciones de este tipo, Ney González opera buenas reacciones. El problema no es que él lo haga, sino que el gabinete que debe arroparlo proponiendo salidas institucionales camina a una velocidad diversa.

Mientras que la formación y experiencia de Ney le permite tener una visión anticipada de muchos desenlaces sociales, hombres y mujeres que colaboran con él carecen de los códigos para hacer una adecuada lectura de la realidad local. Muchos de nosotros hemos visto actitudes verdaderamente simplonas en circunstancias de gravedad.

Es cierto que Ney confió en ellos. Pero hoy las circunstancias obligan a la no delegación de asuntos. Se percibe la necesidad de que personalmente el gobernador retome el diálogo y pacte acuerdos con los grupos de presión y los grupos de interés que inciden hoy en el debate nayarita.

En otro tipo de circunstancias, sería dable que el mandatario armara una agenda “de salida”, para recorrer el estado y dar y recibir las gracias a las estructuras que le dieron soporte político y, más adelante, bajar su perfil para no hacer sombra al candidato del PRI.

Sin embargo, se antoja –pienso en Michael Douglas en la película “The American President”- una reaparición de Ney en la escena local, pues desde el 17 de diciembre, cuando dio su quinto informe, el ambiente se ha enrarecido. Hay reclamos fuertes y el gabinete no atina a reaccionar de manera óptima. Y ante el empequeñecimiento de sus hombres de confianza, solamente el mandatario –y su bien calibrada capacidad para reaccionar- pueden apaciguar el temporal. Con una buena operación política, independientemente de que baje o no la incidencia delictiva, los “ya basta” se pueden esfumar.

DE BUENA FUENTE: Un trascendido de ayer en la columna “Frentes Políticos” de Excelsior indica que en la toma nota del IFE del pasado consejo local del PRD en Nayarit se hace constar que se aprobó por mayoría la frase “Nayarit nos une”, y que el Tribunal Electoral puede comprobarlo revisando dicho expediente. Y si agregamos que los magistrados en esta materia suelen resolver los asuntos con criterios sociológicos y no jurídicos, estaríamos ante la posibilidad de que la alianza PAN-PRD pueda conservar dicha denominación. Esperemos.

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