martes, 30 de agosto de 2011

Quitar telarañas al Congreso local (Primera parte)

Justo el día en que rindió protesta como diputado, Armando García Jiménez me comentó su idea de modernizar la operación legislativa. Charlamos durante un programa matutino de radio. Como líder de la 30 Legislatura claro que puede –y debe- hacerlo.

Hace unos días presentó una iniciativa que se socializó a través de los medios, pero que debido a la lamentable inercia de opacidad del equipo de trabajo heredado por la 29 Legislatura, no es posible conocer a detalle en la página web www.congresonay.gob.mx. La idea es –según el comunicado oficial- hacer de esta Trigésima Legislatura, una institución de vanguardia”. Quitarle telarañas pues.

Conviene pues que los nuevos diputados se pregunten: ¿Por qué en Nayarit muchas disposiciones no son acatadas por las autoridades? ¿Por qué las intenciones del legislador al reformar el Derecho en vigor no siempre se materializan? ¿Qué pasa cuándo los servidores públicos deben acatar imperativos que no entienden ni justifican? ¿Porqué los apetitos del ciudadano pocas veces son compatibles con la agenda legislativa? ¿Qué pasa con las reformas legales que no le resuelven ningún problema a la población?

Uno de los principales problemas del Derecho Público nayarita es la falta de eficacia normativa de sus disposiciones en vigor. En la visión clásica de muchos académicos, la Ley vale en tanto se hayan cubierto las formalidades para producirla. Basta con que se publique en el Periódico Oficial para que la autoridad diga ¡misión cumplida! Poco se valora su impacto en la realidad. Por ello es necesario medir sus efectos concretos. Valorar si el Derecho se convirtió en hecho. ¿Un ejemplo? Los exámenes de control de confianza a los elementos policiacos.

LEYES NO PEDIDAS: DERECHO INOCUO

El cumplimiento espontáneo de una Ley se da solo cuando sus destinatarios le atribuyen cualidades como el de la pertinencia, la sencillez, la oportunidad, la simplicidad. Las leyes que se producen al margen de los reclamos ciudadanos están predestinadas a la ineficacia, y por tanto, a no modificar la realidad. ¿O alguien recuerda en Nayarit alguna marcha, un mítin, una carta abierta solicitando incrementar el número de magistrados locales de 7 a 17? ¿O alguna campaña para que se legisle contra el ciber terrorismo (Ley Mordaza)? ¿O para pedir protección constitucional a los cigotos?

De ahí que sea necesario revisar las características del modelo de producción legislativa en Nayarit, como lo propone el diputado Armando García, para entender los criterios y las formas mediante las cuáles el Poder Público reforma las leyes, pues es ahí –en el proceso legislativo- dónde constitucionalmente se pueden concebir documentos normativos idóneos, aptos para ser cumplidos a plenitud por autoridades y gobernados.

Las leyes vigentes de Derecho Público no han posibilitado la mejoría en la realidad nayarita ampliamente deseada por muchos sectores de la población. Aspectos tan arraigados como la corrupción de los servidores públicos; la impunidad de quienes incurren en responsabilidad (¿se acuerdan de aquellos famosos donativos para el DIF en las agencias del MP? ¿Qué pasó con los culpables?); la ineficacia en los servicios públicos; la ausencia de participación ciudadana en decisiones gubernamentales; la simulación en la evaluación de resultados de la gestión pública; la influencia de élites en la conformación de la agenda legislativa; la lentitud en los procesos judiciales –hay juicios testamentarios que duran una década-; son algunos de los rasgos que dibujan la realidad de los Poderes Públicos.

La paradoja es que encontramos que el contenido normativo en vigor prohibe los hechos aquí esbozados. Entonces, ¿Por qué el Derecho Público no es eficaz en Nayarit? ¿Por qué las instituciones no funcionan como las describe el texto legal?

Una de las razones es que el modelo de producción legislativa presenta rasgos que condicionan su eficacia. Son contenidos normativos que surgen con males congénitos. Mañana comentaré las características de la forma en que se produce Derecho en nuestra entidad.

DE BUENA FUENTE: Uno de los pocos –quizá el único- funcionarios que podrían repetir cargo en el sexenio siguiente, es Sergio Eugenio García, Secretario de Cultura, merced tanto a su intenso trabajo, como a la añeja relación de amistad de su familia con Roberto Sandoval.

Fuera de él parece que la regla será el relevo en las demás dependencias.

Twitter: @ehq

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