Para envidia de Felipe González
Una fresca noticia local –un notición, de hecho- me hace recordar a Felipe González, el expresidente del Gobierno español. En 1999 vino a México invitado por el IFE a disertar sobre las elecciones del 2000 y gracias a la invitación que nos hacía mi querido compadre Antonio Herrera, Vocal Ejecutivo del IFE en ese entonces, varios nayaritas vinculados a la academia y los medios pudimos conocer, en transmisión satelital, la tesis de don Felipe que establecía que "la aceptabilidad de la derrota era esencia de la democracia", tesis que llevó a muchos foros del mundo y que fue recibida con admiración. Nosotros la comentábamos –a posteriori- en el bar Ixcuintla en prolongadísimas tertulias.
En los cuadernitos que editó el IFE con esta conferencia magistral, hay una idea central que conviene reflexionar. Dice Felipe González que "las fuerzas políticas se comprometen a competir no para ganar, sino para tener una razonable igualdad de oportunidad de ganar o de perder y se comprometen así tanto a ganar como a aceptar que pierdan".
En Tepic se dio un hecho singular en las pasadas elecciones de julio. Miguel Ángel Navarro no solo reconoció oportunamente que la votación le era adversa, sino que recientemente ha protagonizado, junto con el alcalde de Tepic Roberto Sandoval –su adversario el 6 de julio- el hecho de civilidad política más plausible de los últimos años.
YA LO PASADO, PASADO
Fue mi buena amiga la regidora Gricela Villa quien dio a conocer apenas el jueves el suceso, vía ondas hertzianas.
El diputado federal Miguel Ángel Navarro Quintero recibió en días pasados a Roberto Sandoval en la ciudad de México para ayudarlo en la gestión de un adeudo del Ayuntamiento de Tepic con el IMSS. Se reunieron con Juan Molinar, Director de este instituto de seguridad social, y obtuvieron una rebaja mayúscula; la deuda de 8 millones de pesos quedó en menos de un millón.
Independientemente del beneficio para las finanzas municipales, el gesto de colaboración Sandoval-Navarro no tiene precedente a nivel local. Digamos que afortunadamente se sale del esquema de lo que hoy es políticamente correcto en Nayarit.
De hecho, esta hazaña supera lo que era deseable en la visión de Felipe González. No solo hay aceptabilidad de la derrota, sino hechos que demuestran la voluntad de colaboración del derrotado con el triunfador. Algo no visto, inusual, aleccionador, y que ya ha provocado a agruras a más de algún rechoncho comensal en Liverpool…
DE BUENA FUENTE: Palabras del diputado federal Gilberto Ortega, miembro de la Comisión de Turismo del Congreso de la Unión que sesionó este fin de semana en Nuevo Vallarta: “Me quedo gratamente impresionado; no conocía esta parte de Nayarit; tienen ustedes un potencial grandísimo en el estado, desde que entra uno viniendo de Sinaloa voltea uno y nota el cambio: bellezas y verde por todos lados; tienen una cultura impresionante y tiene muchísimo que explotar”.
Y para rematar: “Es uno de los estados más seguros del país; esto nadie lo había dicho, pero Nayarit es la envidia, y lo voy a reconocer, del mío también: Sinaloa; aquí se vive un ambiente de paz y tranquilidad, de armonía”.
Nos leemos mañana martes.
En los cuadernitos que editó el IFE con esta conferencia magistral, hay una idea central que conviene reflexionar. Dice Felipe González que "las fuerzas políticas se comprometen a competir no para ganar, sino para tener una razonable igualdad de oportunidad de ganar o de perder y se comprometen así tanto a ganar como a aceptar que pierdan".
En Tepic se dio un hecho singular en las pasadas elecciones de julio. Miguel Ángel Navarro no solo reconoció oportunamente que la votación le era adversa, sino que recientemente ha protagonizado, junto con el alcalde de Tepic Roberto Sandoval –su adversario el 6 de julio- el hecho de civilidad política más plausible de los últimos años.
YA LO PASADO, PASADO
Fue mi buena amiga la regidora Gricela Villa quien dio a conocer apenas el jueves el suceso, vía ondas hertzianas.
El diputado federal Miguel Ángel Navarro Quintero recibió en días pasados a Roberto Sandoval en la ciudad de México para ayudarlo en la gestión de un adeudo del Ayuntamiento de Tepic con el IMSS. Se reunieron con Juan Molinar, Director de este instituto de seguridad social, y obtuvieron una rebaja mayúscula; la deuda de 8 millones de pesos quedó en menos de un millón.
Independientemente del beneficio para las finanzas municipales, el gesto de colaboración Sandoval-Navarro no tiene precedente a nivel local. Digamos que afortunadamente se sale del esquema de lo que hoy es políticamente correcto en Nayarit.
De hecho, esta hazaña supera lo que era deseable en la visión de Felipe González. No solo hay aceptabilidad de la derrota, sino hechos que demuestran la voluntad de colaboración del derrotado con el triunfador. Algo no visto, inusual, aleccionador, y que ya ha provocado a agruras a más de algún rechoncho comensal en Liverpool…
DE BUENA FUENTE: Palabras del diputado federal Gilberto Ortega, miembro de la Comisión de Turismo del Congreso de la Unión que sesionó este fin de semana en Nuevo Vallarta: “Me quedo gratamente impresionado; no conocía esta parte de Nayarit; tienen ustedes un potencial grandísimo en el estado, desde que entra uno viniendo de Sinaloa voltea uno y nota el cambio: bellezas y verde por todos lados; tienen una cultura impresionante y tiene muchísimo que explotar”.
Y para rematar: “Es uno de los estados más seguros del país; esto nadie lo había dicho, pero Nayarit es la envidia, y lo voy a reconocer, del mío también: Sinaloa; aquí se vive un ambiente de paz y tranquilidad, de armonía”.
Nos leemos mañana martes.