- Congreso local: ¿Legislando al
estilo neycista?
- Secretaría de Cultura, expediente
mal gestionado
- Armando García pierde oportunidades
para lucir
- Acosta Naranjo ya tiene una nueva
chamba
Otra vez la 30 Legislatura local vuelve a acreditar
su falta de talento al tramitar un expediente que dio pie a innecesarios reclamos
por parte del gremio de artistas, intelectuales y promotores culturales de
Nayarit.
El jueves pasado aprobaron en fast track –con dispensa
de la segunda lectura- la iniciativa del Ejecutivo para convertir la Secretaría
de Cultura en Consejo Estatal para la Cultura y las Artes, sin un mínimo debate
con los grupos de interés involucrados, y levantando un incómodo
“sospechosismo” al gestionar el tema en la más absoluta oscuridad. El asunto
fue dado a conocer al pleno el martes 11 apenas, la víspera del día feriado de
la Virgen de Guadalupe.
En los comunicados de prensa oficiales de los días
13 y 14 no se mencionó ni siquiera en medio renglón el tema de la supresión de
la Secretaría de Cultura. ¿Por qué ese deliberado e inexplicable silencio?
Los colaboradores de Armando García Jiménez, líder del Congreso, nuevamente pifiaron al
no entender que –por el tipo de personajes a quienes podría afectar una reforma
de este tipo- era absolutamente necesario procesar el tema con transparencia,
tejiendo preventivamente un diálogo desactivador de críticas y aportando
argumentos a favor de la iniciativa de Roberto
Sandoval.
Lejos de eso, el dictamen legislativo emitido por la
Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales el jueves 13 (¡Sí, el mismo
día en que se presentó al Pleno!) no aporta un sólo argumento adicional
a los que se incluyeron en la iniciativa del Ejecutivo presentada el 5 de
diciembre. Los asesores flojearon de lo lindo.
Es cierto, hay que reconocer que el documento elaborado
en Palacio es precario en la exposición de motivos, pues siendo el
criterio presupuestal el detonante para suprimir a la Secretaría de Cultura, no
ofreció mayores detalles objetivos, por ejemplo, un ejercicio comparativo de
los ahorros proyectados o de la disminución en el gasto corriente, o algún
estudio respecto de otros organigramas estatales. Ni una sola cifra.
Quizá algo que no entiende el equipo de apoyo del
diputado Armando García es que en un
escenario de funcionalidad política como el que vive Nayarit
(identificación partidista del gobernador y de la mayoría parlamentaria local)
el Congreso y el Ejecutivo llevan una relación de colaboración que implica –incluso-
corregir, sugerir, complementar, subsanar. Aquí se vio que no hubo
interés de la bancada mayoritaria en cuidarle las espaldas a su
correligionario, Roberto Sandoval.
El líder de la 30 Legislatura perdió una oportunidad
de oro para sacar a relucir su oficio político. Un par de llamadas y
seguramente hubiese convencido a sus interlocutores de Palacio de Gobierno para
abrir un espacio legitimador de la hoy controvertida iniciativa aprobada.
Salvo excepciones, el estilo y los personajes que
inciden en la operación legislativa son los mismos que vimos en la peor
Legislatura local, la que encabezó Manuel
Narváez del 2008 al 2011.
En realidad, el liderazgo, los logros personales y
la bonhomía de Armando García no son
compatibles con estas reiteradas crisis gestadas por la medianía
de los colaboradores que gravitan en las nóminas del Poder Legislativo.
La iniciativa tenía vicios de origen, sí; pero una
correcta lectura de coyuntura hubiese permitido sugerir variantes en el proceso
legislativo tradicionalista y quitarle dolores de cabeza al gobernador y a los
diputados priístas. Y de paso hacer lucir a Armando García y su bancada con mejores adjetivos de los que les
endilgaron en medios y redes sociales los últimos días.
Dice la consultora política Gisela Rubach que hay 3 cosas que no vuelven jamás: “La palabra dicha, la flecha lanzada, y la
oportunidad perdida”.
La semana pasada Armando García Jiménez perdió una oportunidad de mostrarse como un operador
político de primer nivel, de esos que -siendo generosos- no hay más de 3 o 4 en
Nayarit.
Ojalá que ese tipo de yerros causados por el
burocratismo inercial de su equipo, no le vayan a significar costos
políticos a futuro, pues perfiles como el suyo bien podrían encajar en las
candidaturas del 2014 o 2015.
Hay modorra en el Congreso y urge que el año
entrante su líder la extinga.
DE BUENA FUENTE: No ha dicho en qué, ni dónde, ni
con quién, pero el exlíder nacional del PRD Guadalupe Acosta Naranjo ya tiene un nuevo encargo. Próximamente
dará a conocer de qué se trata, por lo pronto sólo confiesa que está
aprendiendo mucho.
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@ehq