El caso de Ismael Ramírez Rodríguez, empleado eventual de la Secretaría de Salud en Rosamorada que osó reclamar públicamente el pago de quincenas atrasadas y que fue despedido por ello, es una de las terribles consecuencias de la novatez y la endogamia, explosiva mezcla de “atributos” que caracteriza a no pocos funcionarios.
Este asunto se publicita justo cuando uno supone que es época de cosechar. En teoría el sexenio debería estar trabajando para recabar aplausos, para cicatrizar heridas, para tender puentes.
La historia es conocida: El desorden financiero de los Servicios de Salud de Nayarit (SSN) gestó un adeudo de cono quincenas a aproximadamente 60 trabajadores. Ismael Rodríguez, un trabajador de mantenimiento, exigió a sus superiores el pago.
SIN DINERO Y, APARTE, REPRIMIDOS
Tras la mediación de la Secretaría General de Gobierno la administradora de los SSN, Karina Cuellar Aguilar, prometió el 12 de julio cubrir los montos adeudados –cada martes, 2 quincenas- a partir de este martes 20, sin represalias para los manifestantes. Incluso, se comprometió a hablar con la administradora del hospital de Rosamorada, Yaniré Nava, para que no les descontaran el día utilizado en trasladarse a Tepic a manifestarse.
Pero el 13 de julio llegó la represión. Ismael no tuvo acceso a las instalaciones, “por órdenes superiores”, lo que motivó la reacción de los demás empleados. Ahora agregaron un punto petitorio más a su activismo: la reinstalación de su compañero. Están justamente molestos. También hacen ahora otro tipo de señalamientos: que se dejen de usar recursos para financiar las aspiraciones electorales de Omar Reynozo en Bahía de Banderas.
La señal que decodifican los empleados de los servicios de salud es terrible, gilbertiana, florescurielista: prohibido protestar. ¿Sabrán los funcionarios que así como ellos actúan es como se cosechan miles de votos de castigo en las elecciones?
Tan novatos Omar como Karina en las lides gubernamentales han cometido errores que afectan la imagen sexenal. El primero hace gala de sus intenciones políticas justo en un momento de crisis administrativa severa. La segunda instrumenta acciones que –a su vez- provocan un indeseable efecto boomerang. Es claro que la burocracia simpatizará con la causa de Ismael; jamás con los intolerantes funcionarios.
METEÓRICAS CARRERAS DE LOS LEALES
El perfil de Ney González para encabezar acciones en pro de la salud es ideal: es un político donador. Desde hace años decidió prescindir de su riñón para alargar la vida de su hija Estéfany. Hoy, frente a los innegables logros de su sexenio en este renglón, coexisten deficiencias y errores que opacan.
No dudo que Omar Reynozo tenga cualidades; pero evidentemente tuvo una carrera pública de microondas. Le faltó recorrer varios peldaños en los escalones burocráticos. Se ha notado esa falta de oficio.
Quizá le pase lo mismo a Karina Cuellar. Llega a administrar una complejísima dependencia a muy corta edad, sin los procesos formativos adecuados. De hecho la administración de la salud es una especialización que se cursa en diversas instituciones universitarias.
Pero ambos son leales, y por ese atributo se catapultaron, rebasando en el camino a otros profesionistas con mejores perfiles y mayor experiencia.
“Omar es mi amigo” rezan los lemas promocionales de la candidatura del titular de Salud en decenas de bardas de Bahía. Quien sabe qué piensen los trabajadores de esa dependencia asfixiada por los adeudos.
Cuando menos Ismael Rodríguez y otros 60 trabajadores de la salud en Rosamorada tienen una pésima imagen de sus jefes, Omar y Karina, tan leales como novatos.
DE BUENA FUENTE: Democracia Social, organismo adherente al PRI nayarita y encabezado por el dinámico regidor Salvador Hernández llevará a cabo hoy un panel sobre las alianzas partidistas, en el hotel Real de Don Juan a las 5 de la tarde. El debate promete estar más que bueno.