(Publicada el 5 de enero del 2011 en el periódico Meridiano)
Si alguien hoy dentro del PRI es merecedor del adjetivo que puso de moda la revista Proceso –para referirse a Raúl Salinas de Gortari- es el diputado Alejandro “el incómodo” Galván. No solamente cerró el 2011 dialogando con aspereza con el senador Javier Castellón, quien cuenta con mejores tablas profesionales para discutir el tema de las finanzas públicas; sino que inició el año debatiendo públicamente con su compañero de bancada –y probable rival en 2014 por la alcaldía de Tepic- Carlos Saldate.
Galván ha llevado su tema, la derogación del impuesto a la tenencia vehicular, al debate local con total descuido de las formas. Recientemente la diputada Jocelyn Fernández confesó que –al igual que Saldate- ignoraban en rigor el contenido de la propuesta de su compañero.
Es bien sabido en círculos legislativos que la falta de cortesía política de Galván ha significado constantes dolores de cabeza para el líder del Congreso, Armando García Jiménez. Al estilo del estridente diputado federal Gerardo Fernández Noroña, su clon local lleva su agenda personal sin reparar en los rigores de la funcionalidad política.
NEY, LA MANO QUE MECE LA CUNA
Es decir, en teoría, el gobernador Roberto Sandoval no debería tener ningún problema en operar una agenda legislativa en común con los representantes populares del PRI. Sin embargo, Galván consulta su plan de acción con el señor del penthouse en Plaza Andares: Ney González.
Desdeñando la alta influencia que hoy tiene el gobernador en el CEN del PRI y, específicamente, en el equipo de Enrique Peña Nieto, Galván parece estar dispuesto a una jugada de alto riesgo: practicar el populismo para apuntalar su futuro político en las encuestas. Es decir, sacar con sacacorchos una posterior candidatura, aunque no les guste a los líderes de otras corrientes tricolores.
Antes los festivales navideños y un programa propio en TV por cable, hoy el tema de la tenencia, mañana serán pantallas gigantes para ver las Olimpiadas o acciones de heroísmo si se desborda un río o si otra vez hace erupción el aletargado Ceboruco; lo que sea, jure usted que Galván no abandonará la línea del protagonismo.
A diferencia de Manuel Cota –quien simboliza a nivel local el político prudente generador de consensos-, Galván podría llevar la incomodidad que hoy provoca a niveles de suicidio político. En el PRI no se vislumbra a futuro la consolidación de la consulta a la base como mecanismo para elegir candidatos. Y su estilo particular, el empresario de la publicidad se está ganando un veto a pulso.
DE BUENA FUENTE: No es del todo malo para el gobernador Roberto Sandoval pensar en modificar su propuesta para el segundo distrito electoral federal, toda vez que no se ve cómo Roy Gómez Olguín pueda recuperar para el PRI esta demarcación. Hay que recordar que en la 28 Legislatura uno de los diputados con los que el actual gobernador hizo equipo fue el galeno Antonio Sandoval Pazos, cuyo nombre circula como aspirante a ser candidato a diputado federal. Es decir, es sandovalista –al igual que Roy- pero con mayor arraigo.
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