Pasó lo que tenía que pasar. La controvertida reforma judicial de diciembre del 2009 se convirtió en tema de campaña durante el debate de la alianza PAN-PRD.
Si está en la agenda de los aspirantes es porque está en el ánimo de la gente. A estas alturas nadie socializa un tópico si no lo midió antes en encuestas o, al menos, si no lo escuchó de los líderes sociales.
Recordemos que fue un asunto mal operado por el entonces subsecretario de asuntos jurídicos, Pedro Enríquez Soto, quien nunca dispuso socializar la iniciativa y en apenas transcurrieron 13 días entre el día en que esta se presentó al Poder Legislativo y la fecha en que tomaron protesta los 10 nuevos magistrados, uno de ellos –Adrián Rodríguez Alcántar- de manera totalmente sorpresiva e improvisada.
Los perfiles de los nuevos funcionarios judiciales completamente desligados de la carrera judicial: ningún juez fue considerado y tan sólo una mujer fue incluída en el paquete. Un desastre en términos de legitimación.
Martha Elena García, en su turno en el debate, hizo alusión a la desconexión entre éstos y las vicisitudes que viven los juzgados, y cuestionó el que esta medida no influyera en solucionar algo que claman los justiciables: juicios breves.
QUE QUEDEN 9: ACOSTA NARANJO
A su vez Guadalupe Acosta Naranjo –quien recuperó su distintiva oratoria- divulgó su intención de hacer una contrarreforma para dejar en 9 el número de magistrados. De hecho, este anuncio provocó clara simpatía aún en los marthistas. No se extrañe que en caso de que la señora sea la nóminada, la reducción anunciada por Acosta sea retomada sin problema alguno por ella y su equipo.
Ignoro cómo se haya procesado las posturas de los dos opositores en el Tribunal de Justicia, pero harían bien en acusar recibo de los señalamientos y obrar en consecuencia.
Lo mejor que le podría pasar a Pedro Enríquez Soto es que Roberto Sandoval gane las elecciones el 3 de julio. No solamente ambos mantienen un diálogo cordial, sino que la familia del magistrado es quien encabeza las acciones proselitistas del PRI en Ahuacatlán.
El claro involucramiento de los nuevos magistrados en la toma de decisiones orientadas por criterios políticos los pone en una condición de riesgo: si la alianza PAN-PRD gana las elecciones se debilitará su escenario de protección política, máxime si el PRI no logra la mayoría en la 30 Legislatura.
Por lo pronto, para muchísimos de los integrantes de la carrera judicial –jueces, secretarios, proyectistas- fue música para sus oídos el posicionamientos de Martha Elena García y los anuncios de Acosta Naranjo.
Es decir, en los escenarios de contrarreforma, los opositores tienen un gran aliado: a la burocracia judicial, esa que fue ninguneada para dar paso a los actuales magistrados, cuyas carreras han estado desvinculadas de los juzgados, pero muy conectadas a la actividad política.
DE BUENA FUENTE: Surgió ayer un posicionamiento de militantes panistas ligados al proyecto “Llegó la hora de Nayarit” que resulta interesante. Que la alianza PAN-PRD postule como candidato a la alcaldía de Tepic a un cuadro muy popular en el ámbito universitario, el doctor economía por