Son 35 mil votos de diferencia los que dieron el triunfo a Roberto Sandoval. Una victoria clara e inobjetable, con el añadido del discurso plausible de Martha Elena García, la candidata panista, quien desechó la posibilidad de litigar el resultado electoral en los tribunales.
Con ese escenario, con un Congreso dominado por el PRI, el gobernador electo trae en el bolsillo el llamado bono democrático; esto es, una licencia tácita, socialmente validada, para iniciar su sexenio con acciones de gran calado, que impliquen transformación o que permitan la realización de obras o decisiones soñadas por muchos.
Mal haría el equipo de Roberto Sandoval en no aprovechar al aval social de los nayaritas en los primeros meses de su administración. ¿De qué estamos hablando? Muy sencillo: Es un gobernador que llega legitimado y que no requiere de buscar una aprobación popular a posteriori, como lo hizo Carlos Salinas en 1988.
El equipo que entrará en funciones el 19 de septiembre debe entender que de no ejercer el bono democrático que arropa a Roberto, después estarán pagando el costo de oportunidad.
MOMENTO DE PENSAR Y ACTUAR EN GRANDE
Más allá de las promesas y compromisos de campaña, el resultado electoral –una variable que a muchos sorprendió- configura un escenario muy cómodo para el gobernador entrante; de ahí que sea necesario recalibrar el paquete de anuncios que los nayaritas esperan en la toma de posesión y en los días posteriores.
Si el resultado electoral hubiese sido más reñido, o si Sandoval no tuviera mayoría en la 30 Legislatura, seguramente los primeros meses del sexenio deberían orientarse a acciones de reconciliación social, a armar un gabinete plural –para despresurizar el activismo postelectoral de los opositores- o a ahondar programas sociales para incrementar los niveles de aprobación popular.
En ese marco, es dable modificar la escala de la oferta que hará Roberto a los nayaritas; se vale que piense en grande, pues los números y condiciones permiten que lo haga. Este es el momento de lanzarlas y operarlas.
Pero, ojo, el 3 de julio dejó en claro el alto nivel de simpatía ciudadana con el candidato del PRI, con él, con su carisma. Ojo, habrá que reflexionar muy bien el veredicto de los tepicenses sobre la gestión de los colaboradores de Roberto, pues en la capital nayarita el voto fue reprobatorio: Martha Elena García obtuvo casi 5 mil votos de ventaja. Es decir, algo –o mucho- de lo que se hizo en el 38 Ayuntamiento de Tepic no gustó a sus habitantes.
Así pues, tanto en materia de seguridad pública, obras públicas, como de creación o finiquito de instituciones, o fusión de dependencias, o innovación administrativa o –incluso- de sanciones, hay una coyuntura adecuada para ir por cosas grandes. Hay bono democrático y debe ejercerse.
DE BUENA FUENTE: 54 años ha que ningún nayarita ocupa una Secretaría de estado, desde que el controvertido Gilberto Flores Muñoz lo hiciera de
DE BUENA FUENTE 2: Aún con la decisión de ayer de la Sala Constitucional Electoral de reasignar las diputaciones de representación proporcional, se vislumbra que el PRI y sus aliados mantendrán la posibilidad de reformar la Constitución sin necesidad de negociar con PAN y PRD, pues la curul que pierde el tricolor –la de Jorge Vallarta Trejo- se compensará con la otorgada ayer por el Poder Judicial a Sergio Hinojosa del PANAL.
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