lunes, 16 de julio de 2012

3/07/2011: “No gobernar igual que Ney”



La designación de Oscar Villaseñor Anguiano como Secretario de Salud es un mensaje claro de Roberto Sandoval: Va a llegar a poner orden. La crisis de esa dependencia la sufren miles de familias nayaritas. Es un caos heredado, sí, pero hacía falta un profesional de la administración pública para combatirlo.
No dudo que haya sido doloroso para Roberto y su familia haberle dado las gracias a la doctora María Ibarra Ocampo, sin embargo, las utilidades del relevo son muy superiores a sus costos emocionales.
Hace bien Roberto en reclutar a alguien con perfil adecuado; sabido es que la extitular de Salud era una de las debilidades en el gabinete actual. 
Recordemos que los priístas primero, en la contienda interna, encontraron en Sandoval la opción refrescante para contrarrestar al neycismo que ya agobiaba en 2010 y 2011.
Luego, en la elección constitucional del 3 de julio del año pasado, Roberto fue electo en las urnas porque representaba una clara alternancia, pese a competir con las siglas del mismo partido que el mandatario saliente.
Es decir, el estilo de gobierno venía acotado por el mensaje de las urnas; por decirlo en términos llanos, 220 mil electores le dijeron al candidato del PRI. “No gobiernes igual que Ney”.

TAREA: ESTUDIAR “GOBIERNO DE ALTERNANCIA”
Más allá de los deslindes retóricos, debemos preguntarnos si el gabinete de Roberto Sandoval ha sido capaz de entender que los votantes no sufragaron a favor de la continuidad, primero, y, segundo, si han logrado construir una especie de “gobierno de alternancia”, es decir, un estilo de ejercer al poder practique códigos y realice valores diversos a los del sexenio previo.
El cambio de Oscar Villaseñor por la doctora María Ibarra en Salud es altamente simbólico, pues significa tomar decisiones contrastantes con los criterios de Ney; verbigracia, si los males de esa Secretaría se causaron por poner a un leal sin perfil (Omar Reynozo), queda claro que la solución sólo se pueda gestar rompiendo con esa tendencia.
A muchos nayaritas les queda claro que los problemas sociales innecesariamente crecen y explotan cuando a los cargos públicos llegan personajes por la vía del compadrazgo, del amiguismo, de la recompensa por méritos en campaña, de la lealtad como divisa primordial.
La atinada decisión del gobernador en la Secretaría de Salud debe ser tomada como advertencia (“Pongan sus barbas a remojar”) en otras dependencias cuya aparición en medios o en el debate local siempre está vinculada al concepto “conflicto”, específicamente los casos de Marco Antonio Ledesma, en Educación Básica; Leticia Pérez en SEPEN, y Catalina Ruiz en Cultura.
Muchos funcionarios siguen quedándonos a deber por no sabernos dar a los nayaritas acciones, programas o incluso discursos que ya no se parezcan a los que tuvimos del 2005 al 2011.

DE BUENA FUENTE: El 1° de diciembre volveremos al escenario que los gobernadores priístas vivieron hasta noviembre del año 2000 –con Ernesto Zedillo con todo y su “sana distancia”-, cuando el Presidente de la República era la última instancia en decisiones políticas. Llegará a su fin la autónoma hegemonía de los mandatarios surgidos del PRI. Así pues, la interlocución para resolver temas de candidaturas, nombramientos y las tradicionales “cuotas de poder” se trasladará de los palacios de gobierno estatales a Los Pinos, la Secretaría de Gobernación, y al CEN del PRI.
Seguramente en ese esquema, tanto Raúl Mejía como Gerardo Montenegro, harán uso de sus méritos en campaña para buscar posiciones que los mantengan políticamente vigentes.
Ese anunciado escenario debe ser visualizado ya a nivel local para que llegado el momento del retorno del PRI a la presidencia, el diálogo de otras fuerzas políticas con los nuevos árbitros del país inicie sin tensiones, con conflictos desactivados, e –idealmente- con un ambiente de unidad propiciada por acuerdos previos entre el gobernador y el resto de los actores políticos locales.
No dudemos que –profundo conocedor del sistema- hasta Ney González pueda aparecerse en los próximos meses en las oficinas de Luis Videgaray, Pedro Joaquín Coldwell o el mismo Enrique Peña Nieto, para canjear su cachito del “premio gordo” de la lotería priísta, pues hay que recordar que varios integrantes de la Ola Roja fueron invitados por el presidente del PRI en Nayarit, Juan Carlos Ríos Lara, a las recientes campañas. Es decir, en la nueva lógica que vivirán las relaciones inter gubernamentales (Federación y estados gobernados por el PRI) Griselda Esparza podría aparecer –por ejemplo- como Delegada del INFONAVIT, Manuel Narváez en la Delegación del ISSSTE o Pepe Lozano como representante de la Secretaría de Economía. ¿Y por qué no? Sharo Mejía en SEDESOL.

Twitter: @ehq