Ayer recibí una queja que me pareció digna de reproducirla aquí. Me hizo recordar un episodio de finales de junio del año pasado. Un vehículo se había estacionado sobre la cochera de mi casa. Tras llamar al 066 llegaron los agentes de Tránsito municipal, quienes decidieron insistir en la misma estrategia que mi familia y yo aplicábamos: buscar en los alrededores al dueño del vehículo. ¿Porqué no llaman a una grúa y asunto arreglado? Nos preguntábamos. La amable agente fue claridosa: “Por las elecciones tenemos la indicación de no levantar infracciones”.
Después de un buen rato apareció el dueño del auto. Nos regaló miles de disculpas y explicaciones y se fue. Por supuesto, no fue multado.
Ayer me tocó ver el movimiento matutino en Tepic, a la hora de comprar mi revista Proceso. Muchos padres de familia comprando flores, exprimiendo cajeros automáticos para invitar el festín del mediodía e hijos atribulados buscando un regalo de emergencia. Un típico 10 de mayo.
Son días en que se da un hermanamiento tácito en la gente, pues todos buscan hacer pasar un momento agradable a las reinas del hogar.
MOTOPATRULLEROS AL ATAQUE
Una lectora me expone que pese a lo significativo del día, fecha que estuvo presente en muchos actores políticos, los agentes de tránsito del municipio dejaron en casa el sentido común para protagonizar una jornada de multas al por mayor. Me narra el caso de un padre de familia que vio con enojo ver como le era retirada la placa por no perder su turno en la fija del cajero automático en el cruce de avenida México y calle Zapata. Y de los vehículos que se estacionaron unos minutos afuera de la tienda departamental de ese lugar. Muchos tepicenses recordaban que era zona de estacionamiento permitido los días domingo.
Explica que “la autoridad debería tener un mejor criterio para tener tolerancia con los automovilistas, porque en Tepic hay eventos tradicionales en los que las reglas se rompen y es lamentable que no tengan flexibilidad para esos casos, como la misa del domingo en la iglesia de El Carmen o las ventas nocturnas de Las Fábricas de Francia, en las que uno se estaciona sobre la avenida sin ser molestado”.
El caso es que un par de motopatrulleros de la comuna de Tepic hicieron de las suyas provocando irritación al por mayor, echando a perder la sonrisa de satisfacción de personas que solo intentaban demostrar ser buenos hijos y buenos esposos.
Imagino la escena: salen el papá y los hijos de la tienda o del cajero, minutos después de haberse estacionado, y se topan con su auto sin placa y una multa en el parabrisas. Que fea forma de iniciar un 10 de mayo. A ver si “el efecto tamarindo” no tiene repercusiones electorales. Un buen tema para comentarlo con mi querido compadre Antonio Humberto Herrera.
DE BUENA FUENTE: Que desapareció la figura de los esponsales en la legislación local, ¿y eso qué problemas resuelve? nos preguntamos muchos.