- García Villela: Política y Academia, mala combinación
- Inconformes docentes de la UT de la Costa con sus rectores
- Cero y van dos planteles con rectores aspirantes a alcaldes
- Edgar Veyita también funge como buen operador político
Cuando apenas muchos se estaban reponiendo del sorpresivo nombramiento de Francisco García Villela como rector de
la Universidad Tecnológica de la Costa, con sede en Santiago Ixcuintla, llega
la noticia de otra designación en su favor: delegado especial del PRI en ese
municipio.
Pareciera que quienes
procesan los perfiles para hacer relevos institucionales, no pulsan lo
suficiente la opinión pública y los marcos legales, o –algo que sería grave-
desdeñan olímpicamente ambos factores.
En Bahía de Banderas, por
ejemplo, causa escozor entre el sector empresarial de esa zona, que el rector José Gómez no deje de hacer
proselitismo político, algo que es absolutamente inconveniente para alguien que
dirige instituciones académicas.
En el caso de García Villela, las primeras reacciones
de molestia se dieron al interior del plantel educativo, pues no pocos docentes
con maestrías y doctorados ven con desaliento que llegue a la rectoría otro
político con débiles credenciales académicas. El nuevo rector apenas se tituló
en los primeros días de este 2013 como licenciado en administración de empresas
de la Universidad Nueva Galicia. Su cédula profesional es la 7966771. Ganará 47
mil pesos al mes, según el portal oficial.
De acuerdo al documento
“Políticas para la operación, desarrollo y consolidación del subsistema” de la
Coordinación General de las Universidades Tecnológicas, el perfil deseable para
los rectores de esos planteles es que cuenten con: 1-Licenciatura con maestría en ciencias, ingeniería o administración.
2-Dominio razonable del idioma inglés. 3-Experiencia gerencial de al menos 5 años en empresas
industriales o de servicios. Y 4-Experiencia
docente o en investigación en universidades, institutos de capacitación o
empresas consultoras. Aparentemente García
Villela no cumple con estos requisitos.
García Villela sustituye en el cargo al exdiputado del PRI Ignacio Manuel Borrego Quintero cuyo paso por la rectoría de la UT
de la Costa fue francamente insípido.
Como Director de Tránsito, García Villela desarrolló una amplia
campaña en pro de la seguridad pública mediante atractivos eventos de lucha
libre, aunque básicamente los llevó a cabo en Santiago Ixcuintla; su hijo Eloy –miembro del comité directivo del
PRI municipal en Tepic- hace lo propio en el tercer distrito local electoral.
Es decir, además del débil
perfil del nuevo rector, aparece otra amenaza para ese ente educativo: que García Villela mantenga su status de
abierto aspirante a la alcaldía de Santiago y que involucre a la UT
–universidad que ha sido ejemplo de calidad- en dinámicas políticas poco sanas,
exactamente igual que con la UT de Bahía de Banderas.
Habrá que ver si la
inconformidad del claustro docente de la UT queda sólo en eso o si se convierte
en un movimiento que pugne por lograr la reconsideración del gobernador Roberto Sandoval, sobre todo con el muy
plausible y reciente caso de SEDECO, en donde el mandatario canjeó reclamos por
aplausos al remover a Manuel Narváez
y poner a José Luis Naya luego de 44
días de críticas cotidianas.
Por lo pronto apunte usted
al diputado del PAN Leopoldo Domínguez
–de origen santiaguense- como uno de los que le pondrán marca personal a García Villela durante su gestión
rectoral.
Lo de menos será el destino
que tenga el tema de la corrupción entre los elementos de la Dirección de
Tránsito, expediente que le encomendó el gobernador al nuevo titular Agustín Flores. Y si éste ausculta a
algunos permisionarios, posiblemente logre desmadejar el tema, pues algunos
propietarios de camiones podrían decirle a quién y con cuánto “cooperaban” –se
habla de cantidades de 5 dígitos- para poder trabajar sin problemas.
DE BUENA FUENTE: Mas allá de que tiene asegurado su
puesto como Fiscal General hasta el 2020, Edgar
Veytia ha empezado a coadyuvar con su jefe, el gobernador Roberto Sandoval, en otros temas. La
semana pasada, por ejemplo, hizo algo de operación política demostrando que
tiene tablas para esta tarea en la que muy pocos destacan. Y lo hizo bien, con
su sello de prontitud y eficacia.
Si sigue
tejiendo fino para aterciopelar la relación del mandatario con algunos grupos
de interés, Veytia estaría
acreditando su crecimiento como figura pública, y su futuro en la arena
política podría ser exitoso, máxime frente a los yerros y novatadas de otros
cuadros sandovalistas que están desaprovechando la oportunidad que les dieron
en este sexenio.
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