No hubo conciliábulo tricolor. Los Blackberry de figuras que tuvieron alta influencia en el PRI no
registraron la esperada llamada, ni el mensaje que solían recibir en otros
ayeres electorales.
El fin de semana fluyeron los nombres de los precandidatos
de ese partido, bajo un común denominador: la gran mayoría –un eufemismo para
no decir que todos- pertenecen al grupo político de Roberto Sandoval.
Los tradicionales arreglos cupulares no ocurrieron
esta vez; los otrora poderosos jefes de corrientes internas no fueron citados
ni a Palacio, ni a Casa de Gobierno, ni a la Fundación RIE. Con el control
total a través de Juan Carlos Ríos Lara
en el Comité Estatal, las nominaciones a diputados y alcaldes se gestaron bajo
el criterio de la confianza y la lealtad.
En los listados ya conocidos no se ven nombres de elementos
identificados con políticos como Raúl
Mejía, Manuel Cota, Gerardo Montenegro, Rigoberto Ochoa o Ney González. Aún así, no hubo un solo
movimiento de inconformidad en la sede estatal del PRI.
De alguna forma se intuye que los políticos tradicionales
respetan esa regla no escrita que concede al Gobernador el privilegio de
palomear candidatos en las elecciones intermedias. Recordemos que en 2011 Roberto no tuvo injerencia en el
proceso selectivo arbitrado –como cada relevo gubernamental- por los enviados
del comité nacional del PRI.
Hay que entender que en elecciones previas los clanes del
PRI cayeron el vicio de sobredimensionarse a la hora del reparto de
cuotas de poder, de tal forma que no había paralelismo entre las posiciones
obtenidas y el tamaño de su membresía.
Roberto Sandoval,
seguramente, midió el peso específico de todos ellos y decidió jugársela
sin su ayuda. Es decir, la gente que movilizaban no valía las diputaciones,
alcaldías y regidurías concedidas.
Interesante será ver si esos grupos se decantan por apoyar a
otros partidos, pero al `parecer no será así.
Muy al estilo de la praxis ortodoxa en el PRI esperarán 3
años en la banca para sumarse en 2017 a quien puede ser un factor de unidad:
Manuel Cota.
DE BUENA FUENTE:
Inteligente ha sido el alcalde de Tepic, Héctor
González Curiel, para tener un cierre de ejercicio lleno de armonía con los
habitantes de la capital.
Lejos quedaron aquellos ayeres de confronta y hoy su agenda
registra diversas acciones que le están cambiando el rostro a la capital.
Ya sin el SUTSEM como una preocupación cotidiana, el “Toro” vuelve a ser el del 2011, el de
los días de campaña, el del diálogo cordial con los tepicenses.
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