lunes, 9 de enero de 2012

2012: A gobernar ya

El sello de los primeros 100 días de la administración de Roberto Sandoval fue la crisis financiera heredada por Ney González. En un plausible ejercicio de transparencia, nos percatamos del tamaño de la deuda pública, de los compromisos con proveedores, y de la gran cantidad de burócratas sindicalizados de nuevo cuño gravitando sobre la fatigada partida ”servicios personales”. Un campo minado fue lo que recibió el nuevo mandatario.

Esta vez las circunstancias hicieron imposible impulsar un típico programa de los 100 días. Financieramente inviable pero –por fortuna- socialmente innecesario dado el nivel de legitimidad decretado en las urnas a favor de Roberto.

De alguna forma, el bono democrático que cobijó al gobernador desde su toma de protesta funcionó coyuntural e involuntariamente para torear el temporal. Fue un disuasivo, un neutralizador. La gente que reclamaba pagos, subsidios, apoyos o su ingreso a la nómina oficial entendió que no era momento de presionar.

Si algo comunicó bien el gobierno entrante fue el retrato de unas finanzas públicas menguadas que dejaron poco margen de maniobra a la autoridad. La crisis de imagen que desde septiembre pasado agobia a Ney es una consecuencia. A todos nos quedó claro lo que se entregó y se recibió el 19 de septiembre: una zona de desastre.

NUEVO AÑO, NUEVO DISCURSO

Pero ya es enero del 2012 y es momento de cambiar de guión. El script de la crisis debe reemplazarse por otro vinculado a uno de los varios eslóganes sexenales (Nota del autor: ¿Por qué tantos?). Insistir en enviar señales de agobio presupuestal puede decodificarse de manera negativa.

Ciertamente el bono democrático se agotó y pudo haber alcanzado para más, pero es muy bueno que haya sido útil para contener a las masas presupuestívoras (Ernesto Acero dixit). Ahora lo que debe venir en la agenda del gabinete sandovalista son acciones efectistas que funcionen como sucedáneo de ese extinto bono.

Si el énfasis del sexenio de Roberto será sobre “el gobierno de la gente”, entonces deberán fortalecer las acciones de Desarrollo Social, esas que suelen –a veces- ser pensadas en términos electorales y no como modernas políticas públicas.

Decisiones como la de abrir las ventanas al mar en la zona de la Riviera Nayarit o el excelente programa “Vive tu vía” en Tepic, deben multiplicarse.

Si, en cambio, la idea es montarse en el concepto “Nayarit Unidos” habrá que retomar, por ejemplo, aquellos sanos ejercicios de colaboración con legisladores federales de otros partidos con motivos presupuestales y vencer el mar de fobias que tradicionalmente ha rodeado a la clase política local. Nada fácil esto último.

Comunicar la idea de unidad implica poner en marca acciones de inclusión –de personas, de propuestas-, de ceses al fuego, de diálogos privados y acuerdos –y silencios- públicos.

Es momento pues, de gobernar con el estilo que deseen las nuevas autoridades, de hacer notar que las acciones y el discurso embonan, que el manejo de imagen comunica esa esencia, y que el gabinete está en actitud y aptitud de trabajar para esas metas.

A cambiar de página pues.

DE BUENA FUENTE: Escuetamente pero ¡reapareció Ney González! En la escena nacional. Sí, durante el resumen anual 2011 de la popular sección “Las mangas del chaleco” en el noticiero de Joaquín López Dóriga del viernes pasado, recordaron al 2011 como el año de la Blackberry, el nuevo grillete electrónico –así lo dijeron-. Una de las escenas mostradas fue la del presidente Felipe Calderón mostrando su gadget diciendo “algo que le gusta mucho a nuestro amigo el gobernador de Nayarit”.

Fuera de este recordatorio fugaz, el exgobernador se acerca al cuarto mes de inactividad política, toda vez que ni Humberto Moreira ni Pedro Joaquín Coldwell le han dado alguna comisión en el PRI, a diferencia de otros exmandatarios que sí se han incorporado a la talacha partidista.

DE BUENA FUENTE 2: El viernes pasado cumplió años el exlíder de la anterior Legislatura, Manuel Narváez, en medio del olvido de la clase política. El santiaguense mostró al día siguiente su alto nivel de desesperación, al pedir que Roberto Sandoval se mantenga al margen del proceso de nominación de candidatos a diputados federales y senadores en el PRI, advirtiendo que de intervenir ese partido podría perder varias posiciones en las elecciones de julio.

No cabe duda que Narváez vuelve a su querencia, es decir, a ser alfil de un grupo político, de la Ola Roja en este caso, situación que lo llevó a un desgaste terrible con otras fuerzas políticas. Si del 2008 al 2011 hubiese actuado bajo códigos institucionales hoy sería candidato natural, con consenso amplio, a diputado federal por el primer distrito. Parece, en contraste, que el líder de la CNC Juan Manuel Rocha Piedra va en caballo de hacienda.

Twitter: @ehq