Un rumor que no se concreta inocula la eficacia del siguiente. No hay mejor medicina contra los vaticinios catastrofistas que el tiempo. Son pues, en esencia, mecanismos que se autodestruyen. Son hechos futuros sujetos a una condición de tiempo y lugar. De ahí que tengan una vigencia corta. No son acciones que puedan usarse siempre, permanentemente.
Por ello debe cuidarse la reacción de la autoridad. Sobrerreaccionar no es opción conveniente. La gente cree en el rumor debido a los mecanismos psicológicos que se activan en una situación de miedo.
El fin de semana pasado se esperaba que Tepic estuviera convertida en una sucursal de Irak. No fue así y, por ende, los rumores ya no tendrán una segunda oportunidad. Hay que darle vuelta a la hoja.
En la perspectiva sicológica y sociológica el fenómeno del rumor está muy bien estudiado. Valdría la pena que las autoridades locales conocieran los procesos y condiciones que dan pie a este tipo de dinámicas colectivas.
Realmente los daños fueron menores. En otras ciudades, la activación de las ciber-turbas causó daños cuantiosos a los patrimonios público y privados. Aquí realmente nada de eso aconteció.
Hizo bien el gobernador Ney González en neutralizar una de las ventanas para la propagación de trascendidos y mitotes, al limitar los posteos de sus más de 11 mil contactos en una de sus cuentas de la red social Facebook, y en operar llamados de la autoridad a no creer las versiones que se soltaron.
Un dato importante es que los rumores llegaron –afortunadamente- en días previos al inicio de la Feria de la Mexicanidad, evento que permite la congregación de decenas de miles de personas en ciertos días. En el reporte de los daños, hubo mermas en los ingresos de restaurantes y bares, pero no llegó a mayores.
Hay que recordar que los rumores de fines del 2008 sí causaron una ausencia sensible de tepicenses en 2 eventos importantes; la tradicional peregrinación a la barranca de El Pichón y, sobre todo, el inusual desaire –por temor a supuestos bombazos- al concierto de la Arrolladora Banda El Limón, en el que no llegó ni el 10 por ciento de la multitud esperada.
TAMBIÉN LOS ANUNCIOS GUBERNAMENTALES PIERDEN EFICACIA
Una vez superado el momento difícil de la semana pasada, la agenda inmediata es la que muchos ciudadanos desean: una limpia en las corporaciones policíacas. Siendo el tema nacional y local en dos años consecutivos el de la seguridad pública, fue agradable escuchar a Ney el pasado 5 de febrero cuestionar a los malos servidores públicos que sustituyen su compromiso legítimo por los intereses del crimen organizado.
Ahora bien, hay que esperar a ver cómo se procesa esta condena de la máxima autoridad estatal. Pues ya antes hemos atestiguado denuncias similares –para ser precisos el 2 de marzo del 2009- que son deficientemente cumplimentadas por los colaboradores de Ney.
Anuncios oficiales de este tipo –al igual que los rumores de la semana pasada- que no se cumplen, también se auto inoculan, pierden credibilidad, como en la historia esa de “ahí viene el lobo, ahí viene el lobo”…
DE BUENA FUENTE: Otra vez una aparente falta de comunicación evidencia que alguien miente: o el Ayuntamiento capitalino, o el gobierno estatal o el Senador Felipe González, respecto a la denuncia de este legislador panista en la tribuna de la cámara alta, en el sentido de un grave subejercicio de los recursos del subsidio para seguridad municipal a Tepic. Dijo que de 12 millones 285 mil pesos, sólo se habían ejercido en 2009 152 mil pesos.
Fuentes del Ayuntamiento aclararon que en realidad se ejercieron casi 13 de 24 millones, y tiraron la bolita a otra instancia, es decir, el Consejo Estatal de Seguridad Pública. A ver cómo se desmadeja este lío.