La reciente declaración de Roberto Sandoval sobre su difícil relación con Ney González en la etapa en que el primero era alcalde de Tepic y
el segundo gobernador, sirve como referente para contrastar con la armónica
relación que hoy llevan el actual mandatario y Héctor González Curiel, presidente municipal de Tepic.
Hay que reconocer que pese a ser un debutante en la
escena política, el alcalde capitalino estuvo 9 años oteando muy de cerca de
los hombres del poder locales. Aprendió de ellos, pero –afortunadamente- el
“Toro” decidió no usar algunos de sus códigos.
González
Curiel ha definido su rol en la
actual coyuntura nayarita en términos cien por ciento institucionales,
rebasando la lógica esclerótica de las parcelas de poder. Al dejar de lado la
visión patrimonialista, los funcionarios del actual Ayuntamiento han recuperado
el espíritu de servicio a favor del ciudadano.
Es decir, hoy los empleados municipales no son un
ejército de activistas electorales, y eso se nota, pues hay muy buena capacidad
de respuesta institucional a las peticiones o quejas en materia de
servicios públicos. Las redes sociales son un buen termómetro de esta mejora
cualitativa.
LA VENTAJA DE SER UN TÉCNICO
Otro detalle loable de la actual gestión municipal,
es que González Curiel se ha fijado metas
electorales futuras. Y hace bien, pues sabe que si llega a tener otra
oportunidad más adelante será porque su actuación dio resultados, y no por
distraer recursos humanos, materiales o financieros a acciones de promoción
personal.
En el verano del 2011 varios actores locales
creyeron que el “Toro” podría ser un ariete contra algunas corrientes
políticas, y el Ayuntamiento un espacio de reagrupamiento para misiones
políticas posteriores, en 2012 o 2014. Ni lo uno ni lo otro aconteció.
Nayarit tiene muchos problemas reales como para que
los protagonistas de la esfera pública le generen conflictos artificiales.
No tengo duda de que González Curiel
hizo lo correcto al promover un ambiente de cordialidad en las relaciones
intergubernamentales.
De hecho, su modelo de actuación se vuelve referente
para otros actores gubernamentales, que –en contraste- suelen generar muchos
problemas en sus ámbitos competenciales.
Es la ventaja de que a las alcaldías lleguen cuadros
técnicos. A ver si en 2014 se repite la fórmula.
DE BUENA FUENTE: “Recuerda que a veces el silencio es la
mejor respuesta”, escribió el ex gobernador Ney González en redes
sociales al mediodía de ayer, como reacción a las palabras de Roberto
Sandoval expresadas frente a locatarios del mercado de abastos y con la
intención de mostrarse y contrastarse como un político maduro.
Sin embargo, hay que
entender que una de las grandes debilidades de Ney ha sido no su
silencio, sino su autismo para los temas incómodos, práctica que lo ha
llevado a una crisis de imagen transexenal. Extraña que rompa el silencio ahora
y que no lo haya hecho antes, cuando se han mediatizado circunstancias que
nunca aclaró, como el tamaño de la deuda pública estatal, el número real de
basificados, o los por qué de la cúpula priísta a palomearlo como candidato al
Senado.
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