Que gran paradoja: Nunca como antes tantos nayaritas se han adiestrado
en estrategias electorales. Desde hace años es una extravagante moda local
asistir a cuanto curso de marketing político se organice. En redes sociales he
vito fotos de paisanos nuestros aprendiendo esta disciplina lo mismo en Miami
que en Buenos Aires, en Ecuador o Washington.
Y –brutal contraste- nunca como antes las campañas habían sido tan
insípidas, tan ayunas de creatividad, tan carentes de atractivo.
Quizá la única variante con el pasado es que ya no se usa engrudo ahora para fijar
cartelones. Sólo eso.
Reviso en portales de Internet algunas entrevistas con aspirantes al
Senado y a las diputaciones federales. Bla, bla, bla… Así se puede resumir.
Insisto, ¿entonces de qué nos sirve tener a tanto nayarita diestro en
campañas, si su talento no se hace notar?
Empiezo a sospechar que salvo una minoría que sí le ha sacado
provecho a los seminarios –uno de ellos es Roberto
Sandoval- los demás acuden sólo para no sentirse desactualizados o pasados
de moda en sus círculos. Es decir, no se capacitan por necesidad profesional, sino
por las mismas razones que en los 70 la gente vestía pantalones acampanados, lucía patillas kilométricas y hacían las dietas del Dr. Atkins. Simple moda.
En otro tiempo el sentido de pertenencia a una casta poderosa o
dominante significó hablar francés -o griego en tiempos antediluvianos-, tocar
el piano, jugar tenis, tener un pariente obispo, o saber escanciar vinos de
mesa. Hoy es hacerle al “campañólogo”.
¡NI UN DEBATE EN NAYARIT!
La verdad es que lo que muestran algunos candidatos dista mucho de ser
un consejo profesional de los gurús en materia de campañas, como Carlos Escalante o Xavier Domínguez. A kilómetros se percibe que los candidatos traen
un rollo básicamente orientado a su voto duro, es decir, campañas al estilo de
hace 3 décadas.
En 2006 el
politólogo Lorenzo Meyer aconsejaba que las campañas “deben
estar comprometidas con aquellos votantes que aún no se deciden por quién
votar, los denominados switchers. El voto no comprometido o el sufragio de
aquellas personas que al encuestarlas dicen no saber por quién votar ya tienen
idea sobre el candidato que elegirán, aunque no lo digan. Este grupo de
votantes será importante… Por lo que las campañas deberían estar enfocadas en
este sector”.
En un
documento de la empresa encuestadora Parametría –de Francisco Abundis- leemos: “Se
considera que es el votante switcher el que decide las elecciones. Es el
elector que puede hacer la diferencia entre ganar y perder. Se trata del
votante más volátil, el menos leal”.
Tan
estamos viendo campañas a las antigüita que ni por asomo se vislumbra un
debate. Que envidia me dan los electores defeños, jaliscienses y poblanos que
sí pueden tener ejercicios democráticos de primer mundo.
Para
fortuna de muchos amigos, mañana viernes inicia la Eurocopa 2012 de futbol, que
permitirá sacudir la modorra que dejan campañas, candidatos y campañólogos
locales. Y para el nicho femenino –me dicen- la telenovela “Abismo de pasión” se
está poniendo mejor que nunca.
Quedan 3
semanas de campaña; veintitantos días de más bla, bla bla…
DE BUENA FUENTE: Más empoderados
que nunca –gracias a Wirikuta- las etnias wixarikas y nayeri rechazaron la
construcción de la presa “Las Cruces”. Se han unido por un “Río San Pedro
libre”. Exhortan a autoridades federales y estatales a iniciar un diálogo que
contemple la revocación del proyecto. Hoy más que nunca se debe auspiciar ese
debate.
Twitter:
@ehq