lunes, 13 de junio de 2011

Mejía y Narváez, estilos opuestos

No son buenas los signos que definen el cierre del sexenio. Por una parte, en el PRI, se gestó un veto virtual para darle oportunidad de llegar a las boletas a los personajes que simbolizan -más que nadie-la continuidad.
En la operación legislativa, el muy desgastado método de cabildeo de Manuel Nárvaez –la compra de votos garantizada con jugosas transferencias a las cuentas de Credi Nómina de Banorte- llegó a un nivel de agotamiento y perdió eficacia frente a los ajustes de cuentas y, hay que considerarlo, el cuidado de imagen de los diputados en términos de su futuro político.
En días pasados, definidas las candidaturas en Bahía de Banderas, circuló en Palacio la idea de que el Dr. Roberto Mejía regresase no sólo a su curul, sino a sustituir a Narváez en la conducción de la 29 Legislatura. De última hora se decidió que no

fuera así y el gobernador Ney González lo reincorporó a la Secretaría General de Gobierno, quizá pensando en su perfil conciliador, útil para llevar con suavidad los procesos de entrega-recepción normados en la ley.
Con Narváez en el Congreso, la crisis de liderazgo en la bancada priísta se manifestó nuevamente el viernes al sumar solamente 14 votos frente a los 15 con que se rechazó la iniciativa del Ejecutivo para otorgar el inmueble denominado Arena Cora a un particular -¿Casas Dynámica?- en virtud a la Ley de Asociaciones Público Privadas. Un fracaso.

CONGRESO: SALDO NEGATIVO

En el balance que se haga sobre la gestión de Narváez pocos puntos a favor se van a registrar, pues actuó siempre bajo el criterio cortesano de ganar la votación aunque se pierda el debate.

El caso más patético fue el haber operado la reforma judicial y el nombramiento de 10 nuevos magistrados en tan sólo 13 días y sin una mínima estrategia de legitimación, asunto -por demás- imposible en tan poco tiempo.
A Narváez le ganó la lógica intramurista y desdeñó siempre la opinión pública. Se preocupó por sacar adelante las iniciativas enviadas de Palacio sin reparar en los costos sociales.
En contraste, el doctor Mejía como brazo derecho del gobernador actuó bajo otro tipo de códigos, privilegiando el diálogo y los criterios conciliadores aún en asuntos espinosos.

Quizá la reinserción de Mejía Pérez en la Secretaría de General de Gobierno sea la confirmación del final de fotografía que se espera el 3 de julio, en virtud de las tendencias registradas en las encuestas de las últimas 3 o 4 semanas. Es decir, en caso de que se decrete la alternancia en las urnas, con él se tiene la garantía de un diálogo sin fobias con el cuartel de la candidata del PAN, Martha Elena García, y ni que decir, en caso de que los votantes ratifiquen al PRI en los próximos 6 años, con Roberto Sandoval y su equipo.

Y es que, más allá de eslóganes prematuros, la moneda está en el aire.

DE BUENA FUENTE:El acuerdo es que si Bravo Mena declina a favor de Encinas, el candidato del PRD al gobierno de Nayarit, Guadalupe Naranjo, declinaría a favor de Martha Elena García”, divulgó el viernes pasado el portal noticioso Eje Central. Es decir, aparentemente hay un intercambio de declinaciones en el panorama de PAN y PRD. ¿Será?

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