Recientemente me enteré de dos proyectos políticos a futuro. En ambos la idea es impulsar el arribo a la gubernatura de profesionistas locales con excelentes relaciones personales y familiares. Lo extraño del asunto es que en ninguno de estos casos la idea es suceder a Ney González, sino al sucesor de Ney. ¡Son planes para el 2017!
No sé porqué pero me hicieron recordar la frase que emocionados soltaban los funcionarios que llegaron con Celso Delgado al poder en el 1987. “¡Gobernaremos los próximos 18 años”, decían ufanos. Solo duraron 6 años y muchos se fueron para jamás volver. El celsismo no existe hoy.
En política la emoción y el entusiasmo sirven, sí, pero cuando éstos sustituyen otros atributos entonces estamos en problemas. Nadie puede hacer planes a largo plazo. Las circunstancias políticas se modifican en semanas, en meses. Basta un hecho para que las encuestas se volteen en contra, o para que un aliado poderoso deje de serlo, o para que los panoramas políticos se aclaren.
NEY, MODELO INSPIRADOR
En 1997 Ney González, entonces diputado local de 34 años de edad, vaticinó su arribo a la gubernatura en el 2005 en una famosa entrevista concedida a Antonio Tello. Tras su toma de posesión hace 4 años, a los 42, muchos han querido imitar mecánicamente su carrera política sin reparar en los aspectos de fondo. No revisan muchos de los aspectos intrínsecos y extrínsecos que influyeron en su candidatura y su triunfo en la elección constitucional.
Hay mucho ñoño en los veintitantos o treintaitantos de edad queriendo hacer sus pininos en política, a base de entusiasmo unos, a base de recursos otros, o combinando ambos factores.
Ciertamente hay (malos) ejemplos cercanos de que ser diputado local, regidor o alcalde es relativamente fácil. Un poco de suerte, un poco de relaciones, un poco de marketing, algo de dinero. Sin embargo, son (o deben ser) excepciones a la regla.
Estar cerca de la gente de poder produce, normalmente, un deseo de ser como ellos. Y en ese mar de emociones se cimentan proyectos políticos de todo calibre. Ya desde ahora muchos ya se ven diputados en 2 años más. Y, evidentemente, algunos trabajan ya –haciendo pactos políticos, básicamente- para ser gobernadores de Nayarit en el 2017.
El fin de semana otro joven diputado local, Angel Castro, mandó a sus huestes a repartir calcomanías futuristas que realmente no dicen nada. “Yo construyo la paz”, rezan, en colores blanquiazules. Algo busca seguramente. Es otro caso más de la emoción que mueve a muchos a pensar en el futuro cercano, en el lejano y en el lejanísimo. Dijera mi madre, “asegúrenmelos de vida”. O también aplica –recordando a Jesús Reyes Heroles- aquella máxima “la praxis, sin teoría, es barbarie”.
DE BUENA FUENTE: Desde unas elegantes oficinas en Tlaxcala se operan acciones para obtener la gubernatura de Nayarit en el 2011, bajo la lógica previsora del plan A y plan B.