Nunca antes Tepic había vivido tantas marchas y plantones de manera tan
reiterada. Me parece que las manifestaciones sociales que han coincidido con el
ejercicio de gobierno de Roberto
Sandoval son indicador de dos cosas: primero, del gran cúmulo de problemas
(basura bajo la alfombra) que le heredó Ney
González; y segundo, de la creación deliberada –desde Palacio- de un
ambiente a favor tanto de la libre expresión como del diálogo.
Nos debe dar gusto lo segundo, y repulsión lo primero. Ahora son los
maestros de teleprepas, esa entelequía que –me parece- se inauguró sin la
planeación adecuada el 3 de marzo del 2011, dispensando los concursos de
oposición y designando el 17 de mayo a su directora por un plazo que excedía,
con mucho, el límite sexenal.
Ha sido un atípico inicio de gestión del de Roberto Sandoval, sobre todo porque ha tenido que dedicar tiempo y
recursos a apagar fuegos. Los compromisos financieros heredados superan
las posibilidades reales para atenderlos eficazmente.
LOS DEUDÓPATAS, RICOS O BASIFICADOS
Me da mucha pena que haya víctimas inocentes de los excesos del
sexenio pasado, como los nuevos basificados en plazas que ni se justificaban en
las dependencias, ni estaban soportadas en disponibilidad presupuestal.
En otro renglón, la deuda estatal per cápita creció 7 veces entre 2007 y
2012. En esa escala ha crecido el pago de intereses de la misma. Eso limita las
posibilidades gubernamentales de hacer inversiones productivas.
Sé que muchos servidores públicos de confianza están pagando los platos
rotos; sus salarios se vieron mermados considerablemente.
Ney le heredó un caos
a Roberto, un terreno minado.
Más allá de los inconformes que marchan hoy cotidianamente en Tepic, hay
un diputado que levantó la mano para autorizar más deuda, y un funcionario que
aceptó un tarjetazo para basificar a alguien sin perfil en el sector salud, y
otros que sindicalizaron a varios leales a la Ola Roja y, ya encarrerados, se
basificaron a sí mismos, con el nivel más alto posible. Y detrás de todos ellos
está Ney, quien parece intocable
a la distancia, en un autoexilio revelador.
Muchos esperan que para ese grupo, los deudópatas del pasado, haya
acciones legales.
Por razones de ortodoxia política –me dicen- no habrá nada contra ellos
antes de la elección.
Error. Me parece que el PRI pudo haber logrado una intención del voto
mucho más alta que la que registran las encuestas ahora si se hubieran animado
a mandar señales contra los que abusaron del poder hasta hace pocos
meses.
Dos deseos tengo para después del 1° de julio: que mi hijo o hija nazca
con salud en la primer quincena de diciembre; el otro es en mi calidad de
ciudadano: que no le tiemble la mano ni al gobernador ni al contralor para castigar
a los deudópatas, los culpables de que las víctimas inocentes marchen un día si
y otro también en Tepic.
DE BUENA FUENTE: Dos medios
locales retrataron ayer notas funestas que deben tener más que preocupado al
gobernador Roberto Sandoval: un par
de decesos en los hospitales generales de Acaponeta y Tepic por aparentes
negligencias médicas.
Se trata de un menor, hijo de la señora Argelia Rodríguez, que ingresó por un dolor abdominal y cuyo
fallecimiento ocurrió el miércoles pasado a las 8:30 am en la ciudad de las
gardenias.
Y en Tepic, lo relató mi compañero de páginas Guillermo Aguirre ayer, el caso de Reynaldo Aguilera Juárez, quien falleció en circunstancias
similares.
No anda bien la Secretaría de Salud y los focos rojos deben obligar a
reaccionar ya.
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