La unidad es el elemento central del discurso priísta en estos días, sin que este atributo le quede claro a la gente, que no ve a los senadores rebeldes apoyando al abanderado tricolor. Supongamos que en los próximos días se gesten las adhesiones pendientes, de Gerardo Montenegro y Raúl Mejía; en ese caso, se mantendría el mismo tono discursivo, sin utilidades extras.
Por la edad y frescura de Roberto Sandoval no es conveniente que la inercia de las típicas campañas del PRI se imponga en una circunstancia que no es la idónea, pues –a diferencia del caso de Eruviel Ávila en el Estado de México- la realidad nayarita aún no da para hablar de una candidatura de unidad.
No dudo que la dirigencia local del PRI y sus cuadros dirigentes se extasíen al hablar de una unidad que en la calle la gente no compra. Lo inexplicable es que en ese torrente discursivo se monten elementos que debieran asesorar a Roberto.
Siguiendo el simplón ejemplo de Caperucita y el lobo, ¿Con qué discurso se va a inaugurar la candidatura de unidad -de llegarse a configurar- si ya lo están usando?
DEMAGOGIA: HABLAR DE UNIDAD ANTICIPADAMENTE
Hoy por hoy, la prudente retórica propia de una candidatura única y de un proceso de conciliación política simplemente fue rebasada por un vendaval con matices revanchistas que provoca una clara reacción: la distancia por parte de aliados posibles y deseables, tanto de dirigentes como de tropa.
La operación política que aparentemente el CEN del PRI está haciendo para sumar a los rebeldes, debe acompañarse de un contenido mesurado por parte de la dirigencia local y de los operadores del candidato único.
Sin embargo, es mala señal que muchos cuadros experimentados, den por hecho la unidad que, en realidad, aún no se fragua.
En política muchas veces lo que tejen unos lo destejen otros, y todo por la necedad de manifestar su gusto por haber logrado la candidatura para su “gallo”. Una expresión exacerbada de triunfalismo en medios o redes sociales sólo logra que los no convencidos vean con mayor simpatía hacer contracampaña que trabajar para el PRI. “No somos necesarios” es la conclusión que puede provocar en elementos que –de acuerdo a las encuestas- son fundamentales para definir el triunfo para el PRI.
Si hace algunas semanas el war room de Roberto tuvo que operar para minimizar el estigma de tutelas políticas tras el “destape” inaugural, ahora deberá ponerse en el espejo y ver qué tan adecuado es que ellos y la dirigencia del PRI insistan en la cantaleta de la unidad invisible, y qué efecto boomerang causa en los potenciales aliados.
¿O será que muchos de los porristas irreflexivos no han visto encuestas recientes?
DE BUENA FUENTE: Ejércitos de encuestadores recorren Nayarit. Miden intención del voto y calificación de las autoridades. Es evidente que la violencia arraigada en las calles esté impactando uno y otro rubro.