martes, 30 de marzo de 2010

Populismo penal: la "solución" de Narváez

El miércoles 24 de marzo, los coordinadores de las cinco bancadas que conforman la actual Legislatura local –PRI, PAN, PRD, Partido Verde y Nueva Alianza- suscribieron una iniciativa de reforma al código penal para incrementar las sanciones previstas en más de 40 delitos del fueron común cuando el responsable sea un servidor público que pertenezca o haya sido integrante de una corporación policial y haya actuado con dolo.
No es sino otro lamentable caso de populismo penal. La iniciativa seguramente pasará, se aprobará por unanimidad, pero… no vendrá a resolver los problemas de impunidad de las autoridades, ni los casos de corrupción en los cuerpos de seguridad.
Quien haya “tarjeteado” -¿Pedro Antonio?- a Manuel Narváez sobre las bondades de esta reforma, lo engañó. Es un exceso que el líder parlamentario haya cabildeado el apoyo de todos los grupos parlamentarios para una propuesta tan mediocre.
Curioso es que en los diagnósticos que incluyen los iniciadores en su exposición de motivos citan al Instituto Ciudadano de Estudios sobre Inseguridad Pública (ICESI), organismo que ha estudiado a fondo el problema del populismo penal. Rafael Ruiz Harrell explica en una de las publicaciones del ICESI en Internet que “la expresión populismo penal denota a una estrategia contra el crimen que se caracteriza por creer que la solución está en aumentar la duración de las penas de prisión” y documenta que “no hay duda que nuestro país, al igual que Brasil, es una víctima del populismo penal. En los dos países ha crecido el monto de las penas de prisión”.

UN CONGRESO A LA ANTIGÜITA
A muchos nos queda claro que los criterios con los que Narváez ha conducido este trienio al Congreso son la mar de ortodoxos, rancios, de la vieja escuela. En la exposición de motivos se sintetiza esta visión esclerótica de quienes “asesoran” a los diputados: “La actual legislatura tiene un compromiso profundo e ineludible con la sociedad, el cual consiste en trabajar de manera ardua en la actualización y adaptación del marco jurídico local, respondiendo a los retos y necesidades que impone la realidad de los tiempos actuales”. Barroco puro. ¿Por qué insisten en usar un lenguaje que la sociedad no habla? ¿Por qué caer en el autoelogio como antaño? ¿Por qué no simplificar sus cansados razonamientos?
Apenas en diciembre Narváez y el resto de sus pares tuvieron que pagar las consecuencias del clandestinaje que rodeó a la “reforma judicial”, cuando nuevamente vuelven a incurrir en el yerro de construir otra iniciativa sin auscultar a la sociedad. Cualquier estudioso del Derecho contemporáneo les hubiera aclarado que esa medicina –el populismo penal- ya no se usa.
Lo mejor que le puede pasar a esa “solución” legislativa (¡que pretende erradicar la corrupción policial!) es que el gobernador Ney González haga uso de su facultad de presentarle observaciones y la devuelva al órgano congresional para las modificaciones pertinentes.
Al margen de lo que pase con esta iniciativa, Manuel Narváez debe entender que si no mejora la calidad de la interlocución seguirá siendo una víctima de quienes ostentan el monopolio de la asesoría intramuros.
Una vez más, la 29 Legislatura nos sale con una respuesta “chafa” a las preocupaciones de los nayaritas. Una vez más…

DE BUENA FUENTE: Quien sabe qué temas trató ayer el líder de la sección 49 del SNTE, Miguel Ángel Mú Rivera, pero se le vio en un conocido restaurante compartiendo el pan y la sal con el empresario Antonio Echevarría García. ¿Charrería? ¿Box? ¿Tiendas escolares? O… ¿Política?